El Madrid resiste contra todos
Ni las lesiones, ni los arbitrajes, ni el VAR ni el Covid van a impedir que el Real Madrid llegue a la última jornada en la pelea por la Liga. Los de Zidane hicieron un ejercicio de ambición y fútbol para ganar en San Mamés ante un Athletic peleón. Mateu y el VAR les birlaron un penalti a los blancos, que llegan a la última jornada vivos a pesar de tenerlo todo en su contra.
Zidane no hizo probaturas en su alineación. Eligió a los once más sanos y santas pascuas. Así que Marcelo, al banquillo, y Miguel Gutiérrez al césped. También volvía Odriozola al costado derecho y se mantenía la pareja Nacho-Militao, con una solvencia inversamente proporcional a su glamour. De ahí hacia adelante repetían los mismos que jugaron ante el Granada. A falta de Kroos, Casemiro, Modric y Valverde ocupaban el centro del campo, mientras que los dos brasileños, Rodrygo y Vinicius, escoltaban arriba a Benzema.
Enfrente un Athletic que no se jugaba más que amargarle la Liga al Real Madrid, que ya es bastante, oiga. Quizá por eso salieron los de Marcelino dispuestos a encerrar al equipo blanco en el área de Courtois. Lo consiguieron con el viejo ímpetu de San Mamés. Los leones mordían en la presión y el Madrid se lo tomaba con cierta parsimonia en el inicio.
Una pérdida de Casemiro en la frontal fue el primer susto para Zidane. Lo arregló el propio brasileño dentro del área. No había salido el Madrid como en los dos últimos partidos. Ni parecido. Poco a poco los de Zidane le tomaron el pulso al balón y se fueron estirando hacia el área de Unai Simón. Vinicius, quién sino, protagonizó la primera aproximación al área de los visitantes, pero su cabezazo, más allá de una tortícolis, no le reportó pingües beneficios ni a él ni a su equipo.
Modric tomó el mando en San Mamés y el canterano Miguel Gutiérrez se marcó un Errejón: empezó a dominar la izquierda. Replegó el Athletic. El Madrid empezó a cocinar las jugadas con elaboración y paciencia. Demasiados toques pero con poco movimiento. El partido se tornó en frontón y la defensa del Athletic era la pared contra la que se chocaban, una vez sí y otra también, los delanteros del Real Madrid. Menos Benzema que ni siquiera había comparecido al duelo.
Dominio blanco sin colmillo
Vinicius era un dolor de cabeza tanto para la zaga del Athletic como para sus compañeros. Su incapacidad para finalizar las jugadas desespera a cualquiera y en San Mamés estaba dando un recital de cómo no se deben hacer las cosas. Y que todavía Florentino diga que no se vende…
Pasaron los minutos sin que el Real Madrid convirtiera en peligro su dominio de la pelota. El Athletic estaba cómodo replegado atrás y fiando sus opciones ofensivas a la velocidad e Williams en las contras.
En el minuto 27 llegó la primera polémica. Perjudicado, para variar, el Real Madrid. Ni Mateu Lahoz ni el VAR quisieron señalar un penalti por mano de Morcillo. La mano, separada del cuerpo, cortó un centro de Odriozola. Era una mano escandalosa. Otra más en una Liga donde al Real Madrid le han quitado de las manos media docena de puntos. Tebas estará contento.
Los jugadores del Real Madrid, en plena resignación, ni siquiera están ya para enfados. Siguieron a lo suyo: dominar al Athletic, pero sin atosigar. Los blancos llegaban, pero les faltaba un poco de talento e imaginación para resolver en el último pase. Donde hay que ser grande, el Madrid se volvía pequeño.
Sin goles en San Mamés
En el 42 Berenguer acarició el 1-0 en un libre directo que se marchó por centímetros a la izquierda de Courtois. Respiraba Zidane, que recibía también la noticia de que Osasuna estaba aguantando el 0-0 en el Metropolitano pese al asedio del Atlético. Mientras, en San Mamés nos íbamos al descanso con idéntico resultado que en el Wanda y con la sensación entre las huestes blancas de que entre Mateu y el VAR les habían tangado un penalti.
Volvieron los jugadores del Real Madrid que fumaban en pipa contra Mateu después de ver en el vestuario el clamoroso penalti que les habían escamoteado entre el árbitro y el VAR en la primera parte. Los de Zidane se remangaron en busca de un gol que les diera opciones de seguir peleando la Liga contra el Atlético y contra los arbitrajes. En el 47 la tuvo en su cabeza Militao a la salida de un córner. Su remate se marchó arriba.
Siguió percutiendo el Real Madrid hasta que puso cerco al área de Unai Simón. Zidane ponía a calentar a Marco Asensio. El Athletic tuvo su primera ocasión del partido con un disparo seco de Morcillo dentro del área que repelió Courtois con mano firme.
Vinicius, agitar antes de usar
Respondió Vinicius con una diagonal finalizada con un tiro defectuoso del que al menos obtuvo un córner. Al brasileño hay que reconocerle, desde luego, su constancia. Era el jugador que más lo intentaba a pesar de sus errores de finalización. En el 56 fue Modric el que se asomó al gol con un disparo raso, que se marchó a la derecha de Unai Simón.
En el 58 Zidane metió a Asensio por Vinicius coincidiendo con el gol del Atlético, que era anulado por el VAR por fuera de juego de Saúl. En San Mamés, el Real Madrid reclamó una mano de Balenziaga que esta vez era involuntaria. Un minuto después, el travesaño se interpuso en el 0-1 después de un gran cabezazo de Casemiro. Definitivamente, los blancos no estaban teniendo suerte. ¿Dónde está la flor de Zidane cuando se la necesita?
El Real Madrid activó el modo épica… quizá demasiado pronto, porque aún quedaban 25 minutos en San Mamés. Las prisas por la Liga, ya saben. Al Atlético le anulaban otro gol por fuera de juego. Como el primero, bien anulado. Y de tanto achuchar, de tanto atacar, de tanto quererlo, al final el Madrid encontró el gol. Lo marcó Nacho con la tibia después de una jugada embarullada en el área y un centro al segundo palo.
Nacho de mi vida
Zidane sonreía sabedor de que su equipo es una máquina de resistencia. El mérito de esta plantilla, descompensada y desequilibrada en muchos puestos, es innegable. Van a llegar a la última jornada con opciones de ganar la Liga. Bueno, con permiso de los últimos 20 minutos que aún quedaban por jugarse en San Mamés. Como no todo podían ser buenas noticias, calentaba Hazard.
Entonces llegó el sorpresón y Osasuna se puso 0-1 en el Metropolitano. Mientras, el Real Madrid se echaba para atrás en San Mamés. Hazard suplía a Rodrygo para disputar los últimos minutos ante el Athletic. Lodi empataba para el Atlético en el Metropolitano. Le tocaba sufrir al Madrid en Bilbao y telesufrir en el Wanda.
Pasaron unos minutos interminables en San Mamés y el Real Madrid supo aguantar el valioso 0-1 que le da tres puntos capitales en su pelea por la Liga. No será fácil porque el Atlético acabó ganando su partido ante Osasuna y seguirá dependiendo de sí mismo en su visita a Valladolid para ser campeón. Pero si falla, ahí estará el Madrid para pelear la Liga hasta el final… si le dejan.