Champions League: Atlético-Real Madrid

La afición del Atlético ya juega el derbi de Champions: «¡Échale huevos!»

Centenares de aficionados rojiblancos se dieron cita en el hotel de concentración del Atlético

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Este martes, lluvioso en Madrid, el Hotel Mirasierra se iluminó bajo el agua. Lo encendieron los centenares de aficionados del Atlético de Madrid que se dieron cita en el alojamiento de concentración de los rojiblancos. Del autobús y rumbo a las habitaciones se desplazó la expedición colchonera entre los cánticos de una afición que convertirá el Metropolitano en una olla a presión.

«Atleti, Atlético de Madrid». «Madridista el que no bote». «Que se enteren los vikingos quién manda en la capital» e incluso «Madridista hijos de p…». En las inmediaciones del Hotel Mirasierra no se escuchaba otro rugido. Desde las 20:00 de la tarde se fueron sumando gotas a la concentración que había promovido la hinchada colchonera a través de sus redes sociales.

La afición colchonera pretende marcar el primer gol de la remontada colchonera. Este recibimiento es el primero de los dos que brindarán los hinchas al Atlético. El miércoles, cuando el autobús rojiblanco suba la última cuesta hacia el Metropolitano, la carretera estará inundada de cánticos, bengalas y convicciones. Los de Simeone necesitan un gol para igualar la eliminatoria y dos para superarla. El primero ya lo ha marcado la afición.

Al Atlético en general y Simeone en particular les quedan pocas primeras veces desde que unieron caminos. La más anhelada es que el club rojiblanco levante la Champions por primera vez, aunque para ello deberá alcanzar territorio inhóspito. El de eliminar al Real Madrid en competición europea por primera vez, con remontada incluida.

Sólo el cumplimiento de la última condición alimentaría la vida del objetivo general. Y el Atlético, que iba lanzado al partido de ida hace una semana, llega tocado al de vuelta. El fútbol y sus raudas vueltas de guion. Durante el periodo entreguerras tuvo que visitar un campo de minas como es el Coliseum y recibió dos explosiones en forma de goles. Tres mejor dicho, ya que la onda expansiva de la expulsión de Correa se extenderá durante al menos cinco partidos.

No le salpicará para la batalla continental, a la que Simeone apura las opciones para poder contar con los soldados De Paul y Lenglet. El argentino tiene su presencia muy encaminada. La cojera con la que salió del Coliseum, misma molestia por la que fue sustituido durante el choque liguero, no le impedirá vestirse de corto. El francés, por su parte, realizó sesión extra durante el martes, por la mañana en Majadahonda y por la tarde en el Metropolitano, y oposita a la titularidad.

Antes de la primera batalla en el Bernabéu daba la sensación de que el doble enfrentamiento le llegaba en mejor momento al Atlético que al Real Madrid. Apenas siete días después, la percepción ha mutado. Los blancos llevan mejor moral tras la última jornada liguera. Al Metropolitano se aferra el Atlético para remontar su desventaja mínima de la ida. Los rojiblancos no han perdido en su feudo un partido de eliminatoria europea.

La cuestión es que no perder tampoco les sirve, deben ganar de un gol para forzar la prórroga o de dos para evitar el alargue. En cualquier caso, de dinámicas entiende poco un derbi, máxime cuando suenan los acordes del himno de la Champions. Real Madrid o Atlético. Del Metropolitano al cielo, de Madrid a cuartos de final.

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