El Sevilla frena el ‘efecto Koeman’

El primer pinchazo del Barcelona en la Liga ya está aquí. Llega en el tercer partido para unos azulgrana que esta vez no se encontraron a un equipo tan desdibujado como el Villarreal o tan inofensivo como el Celta. Los de Koeman se toparon contra un Sevilla que realizó una auténtica exhibición táctica que les permite salir del Camp Nou con un punto (1-1) que hasta puede saberles a poco.

El Sevilla se adelantó pronto en el marcador en una de esas jugadas que traen por el camino de la amargura al Barcelona desde hace años. No es la primera vez que los azulgranas sufren con un saque de esquina en corto y los andaluces se aprovecharon de ello. Suso consiguió desbordar para meter en el corazón del área un balón que cazó De Jong. El delantero holandés le pegó con todo para con su pierna izquierda batir a un Neto que cuando quiso ver la pelota ya estaba dentro.

La reacción del Barça no pudo ser más rápida. Inmediata, cuestión de segundos. Nada más sacar de centro, Messi buscó a Jordi Alba que se internó por el carril izquierdo. Jesús Navas en un momento de duda entre controlar ese balón o despejarlo se lo regaló a Coutinho, que pudo anotar casi a placer.

El Sevilla se dejaba ver muy bien plantado y enseñando lo bien trabajado que está como equipo tanto con balón como sin él. Con la pelota en los pies los de Lopetegui se mostraban como un conjunto que sabe sacar la pelota, generar espacios y aprovecharlos con jugadores ocupándolos entrando desde segunda línea. Así pudo marcar Fernando en el minuto 18 el 1-2. Al brasileño le faltó llegar una centésima antes al centro de Jesús Navas para celebrar el tanto.

Pero los hispalenses también saben jugar sin balón generando una sensación de incomodidad en un Barcelona que sudaba para conseguir generar ocasiones de peligro ante la meta de Bono. Además, ese planteamiento de Lopetegui invitaba a perder balones en zonas delicadas a su rival, que sólo era capaz de intentar desplazar en corto el balón sin encontrar espacios. Apenas algún disparo inofensivo de Griezmann y Ansu servían de aviso. Messi, ausente en el partido, sólo apareció a falta de un par de minutos para que los jugadores se marchasen al vestuario. El argentino corrió un balón largo, recortó a Acuña y chutó con rosquita. Su lanzamiento se marchó por poco.

Un Barça sin energía

La segunda mitad comenzó de la misma forma: un Sevilla cómodo y un Barça inoperante. Los de Koeman, quizá por el hecho de la falta de rotaciones en el once, se empezaron a mostrar cada vez más lentos, espesos y planos. Por tercera vez en una semana el entrenador holandés repetía once con la única novedad de Araújo por el sancionado Lenglet. Por ello, ante la falta de energía el técnico miró al banquillo en busca de soluciones de la mano de Pedri y Trincao, que entraban por Griezmann y Ansu Fati. No fue la noche de ninguno de los dos. Lo del francés no sorprende, lo del canterano sí, pero tampoco todos los días pueden ser fiesta.

Lopetegui respondió al movimiento de Koeman con otro doble cambio. Munir y En-Nesyri por Suso y Ocampos. Una decisión un tanto sorprendente tanto por el nivel que estaba mostrando el gaditano como por el cambio de dibujo que suponía la ausencia del argentino. Minutos después el Sevilla acariciaba el segundo. Precisamente iba a ser el delantero marroquí el que alcanzaba línea de fondo y Araújo al intentar despejar su centro enviaba el balón al poste de su portería. Se salvaba el Barça.

Debut de Dest

Según pasaban los minutos el Sevilla se mostraba cada vez más intenso, ahogando al Barça con su presión y generando ocasiones sobre la meta de Neto, que apunto estuvo de meterse en un lío por querer sacar el balón jugando desde atrás. Toda esa incomodidad azulgrana en el césped se personificaba en la lesión de Jordi Alba, que en el intento de controlar un balón se lesionaba y no podía continuar, obligando así a debutar en el lateral izquierdo al recién llegado Sergiño Dest. También entraba Pjanic por Coutinho.

Lopetegui también refrescó el medio con Gudelj por Rakitic para llegar con ese baile de cambios a los diez últimos minutos de partido. El Barça intentó tirar de corazón para dejar los puntos en el Camp Nou y tuvo alguna ocasión, pero ni De Jong ni Trincao fueron capaces de encontrar la meta de Bono. El Sevilla, con el punto bajo el brazo, decidió darlo por bueno y no arriesgar en un partido que deja a las claras que al Barça de Koeman aún le queda trabajo por delante y que los de Nervión pueden competirle a cualquiera.