Luis Enrique, nuevo seleccionador español

Luis Enrique Martínez es el nuevo seleccionador español. Así lo ha anunciado Luis Rubiales en rueda de prensa tras proponérselo a la junta directiva y al nuevo director deportivo, José Francisco Molina. De esta forma, el  asturiano se compromete con el combinado español hasta la próxima Eurocopa de 2020.

El nuevo seleccionador se encontraba sin equipo. Tras dejar el Barcelona al finalizar el curso 2016-2017, se decantó por vivir un año sabático. En este periodo ha sonado con fuerza para coger las riendas de diferentes clubes, especialmente el Chelsea, pero finalmente ha optado por comprometerse con la RFEF para tratar de devolver a la Selección a la senda del triunfo. 

El Lucho llega al banquillo de España con la experiencia suficiente después de una trayectoria labrada desde abajo, con tres temporadas en el Barcelona B (2008-2011), la Roma (2011-12), Celta (2013-14) y el primer equipo del Barça (2014-17), donde ganó todos los títulos: Champions, Liga, Copa, Supercopas de Europa y de España y Mundial de Clubes. Gracias a su buen hacer como técnico azulgrana, fue elegido el mejor entrenador del mundo en 2015.

Luis Enrique coge un equipo en clara depresión. Tras el fracaso rotundo vivido en Rusia, el combinado nacional deberá resurgir de sus cenizas. Sus principales objetivos serán dar con la tecla a la hora de acometer una regeneración necesaria y volver a imprimir de carácter a un grupo de jugadores que saben ganar con sus clubes, pero que ya suman tres varapalos consecutivos con España.

Debuta el 8 de septiembre en Wembley

El nuevo seleccionador debutará el 8 de septiembre frente a Inglaterra en Wembley. Será el primer encuentro de la nueva Liga de Naciones de la UEFA. Unos días después, el 11 del mismo mes, vivirá su puesta de largo en territorio nacional, concretamente en el Martínez Valero de Elche. España se medirá a Croacia es día.

La Selección volverá a vivir una película que ya vio en 2004 con la llegada de Luis Aragonés. El Sabio de Hortaleza cogió un equipo hundido que tocó fondo en la Eurocopa de Portugal. Ocho años después se hacía con el trono continental en Austria para quitarse un sinfín de complejo y comenzar la edad de oro del fútbol nacional.