España pierde contra Portugal y queda eliminada del Mundial de balonmano

España ha consumado –prácticamente– su eliminación del Mundial de balonmano, al caer con Portugal por 29-35 en la segunda jornada de la segunda fase. La Selección queda virtualmente fuera de la competición, puesto que necesita una carambola de resultados que implican a Brasil, Suecia y Noruega, teniendo que ganar además su partido contra la canarinha en la última jornada.

Los Hispanos fueron incapaces de contener en la segunda parte a la gran estrella lusa, el jovencísimo Kiko Costa. Tal y como confirman los ocho tantos, siete de ellos en el segundo período, con los que cerró el encuentro el menor de los hermanos Costa, que contó con la colaboración de otra de las perlas del balonmano luso, el guardameta Diogo Marques, que martirizó a España con su doce paradas.

Sabedor de que a España sólo le valía la victoria para seguir vivo en la lucha por acceder a los cuartos de final del Mundial de balonmano, Jordi Ribera trató de sorprender a Portugal apostando de inicio por una profundísima defensa 5-1 con el joven Ian Barrufet en la posición de avanzado.

Una fórmula que permitió a los Hispanos frenar de partida a los peligrosísimos hermanos Martim y Kiko Costa, dos auténticos killers, como no dudó en calificarlos el seleccionador español. Pero la variedad de recursos de los hermanos Costa es tal que, pese a mostrarse mucho menos prolíficos en la faceta anotadora que en otros partidos, provocaron numerosos problemas al conjunto español, que, obligado a recurrir a continuas faltas, se vio lastrado por las exclusiones.

Inferioridades numéricas que impidieron a España escaparse en el marcador, pese a protagonizar posiblemente sus mejores minutos en el campeonato tanto en defensa como en ataque, donde encontró un camino hacia el gol en las penetraciones y lanzamientos entre líneas de Ian Tarrafeta y Agustín Casado.

Pero la constancia del equipo español acabó teniendo premio y, liderado en defensa por Dani Fernández, que sustituyó en el puesto de avanzado a Barrufet tras su segunda exclusión, pareció, por fin, abrir brecha en el marcador, tras situarse con una renta de cuatro tantos (13-9) a falta de diez minutos para la conclusión del primer tiempo.

Sin embargo, una nueva exclusión, de Dani Fernández, permitió a Portugal, de la mano de un acertado Salvador Salvador, autor de cuatro dianas, enjugar la ventaja (14-14) del equipo español, que pese a todo logró llegar al descanso por delante (16-15). Exigua diferencia que España, pese a un esperanzador arranque de segundo período, no pudo conservar castigada de nuevo por las exclusiones, que permitieron a Portugal dar la vuelta (19-20) al marcador.

Una dinámica adversa al conjunto español que se encargó de acentuar un Kiko Costa que en los segundos treinta minutos de juego demostró el porqué de su condición de ser uno de los jugadores más decisivos del campeonato, con cinco dianas casi consecutivas que pusieron a los lusos con una renta de tres goles (19-22).

Facilidad anotadora que contrastó con los problemas ofensivos de los de Jordi Ribera, que encadenaron más de nueve minutos sin anotar, empeñados en estrellarse una y otra vez con el guardameta Diogo Marques. Un peligroso escenario que sólo pareció aclararse para el conjunto español con la exclusión de Kiko Costa, que permitió a los Hispanos situarse a tan sólo un gol (21-22).

La vuelta del menor de los hermanos Costa, de 19 años, permitió a la selección portuguesa situarse de nuevo con una renta de tres tantos (21-24) que se disparó hasta los cinco (23-28) a menos de ocho minutos para la conclusión tras una nueva exclusión, la sexta, del equipo español.

España, contra las cuerdas en el Mundial de balonmano

Un resultado que obligaba a España a una auténtica gesta para lograr la victoria que necesitaba para seguir soñando con unos cuartos de final de los que se encargó de alejarla definitivamente el portero Diogo Marques con sus paradas. Intervenciones que sumar los goles de un Kiko Costa al que los Hispanos no fueron nunca capaces de contener y que cuando no logró anotar, forzó lanzamientos de penalti que situaron a los de Paulo Pereira con una renta de seis goles (24-30) a poco más de cinco minutos para la conclusión.

Pero ni así dejó de intentarlo la selección española, que tras situarse a tres tantos (28-31) vio diluirse definitivamente sus opciones de clasificación con una parada de Diogo Marques a un lanzamiento de seis metros de Imanol Garciandia que acabó con la reacción del equipo español. Todo lo contrario que Portugal, que con su victoria (29-35) se situó por primera vez entre los ocho mejores equipos en un Mundial.