Cristiano Ronaldo hunde a Alemania y Portugal espera a España en la final de la Liga de Naciones

Portugal aspira al doblete en la Liga de Naciones abrazado a la voracidad de Cristiano Ronaldo. Un gol suyo silenció el Allianz Arena y selló la remontada de los lusos ante una Alemania de más a menos a lo largo del partido. Los de Nagelsmann pasaron de eléctricos a quedarse sin tensión y  El Allianz Arena de caldera a velatorio, testigo de otra prematura eliminación. Portugal avanza y ya espera que Francia y España diriman la composición de la final de la Liga de Naciones del domingo.

Las historias se juzgan por el desenlace, pero el nudo conduce a conclusiones certeras. Y las actuales describen a Cristiano como un futbolista agobiado por la partida de nacimiento. El tanto le permite de saciar su voracidad goleadora, uno más (938) cerca los 1.000 que proyecta, y colmar su orgullo. Aunque también maquilla otras carencias porque Cristiano había comparecido poco hasta el gol.

El Ronaldo de ahora no tiene la precisión de antaño. Ni en pases ni en disparos. Tampoco es un jugador aplicado al orden táctico. Su presión fue posicional. Se limitó a acompañar con la mirada y algunos pasos hacia la dirección de la posesión. Y poco más. Suya fue la primera ocasión del partido que en otros tiempos hubiera besado la red, pero ahora es un disparo sin mayor complicaciones para el portero.

No fue Cristiano desfibrilador de Portugal, sí Roberto Martínez con sus cambios. Vitinha, Conceiçao y Semedo dotaron de verticalidad a los lusos. EL primero, que volvía menos de una semana después al estadio donde tocó la gloria con el PSG, se hinchó a romper líneas. El segundo marcó el camino con un gol made in Lamine Yamal y el tercero provocó un latifundio en su costado.

El técnico español revitalizó a su selección para lograr un triunfo sobre Alemania 25 años después que significa el triunfo número 21 en 29 encuentros al frente de Portugal. Los lusos fueron de menos a más, al contrario que los germanos, que fueron minando su nivel a medida que corría el reloj. Aunque Alemania, por su idiosincrasia, siempre es peligrosa. Cristiano no llegó al pase de la muerte de Nuno Mendes y la jugada siguiente acabó en ventaja para los de Nagelsmann.

Trincao perdió el balón, Kimmich centró y Wirtz remató. Gol en tres actos, aunque deberías ser cuatro porque Woltemade, que estaba en fuera de juego, bloqueó a Ruben Dias impidiéndole defender correctamente la acción. El colegiado, Slavko Vincic no lo entendió así tras revisarlo en el VAR. Respondió Portugal con ambición y verticalidad. Conceição galopó a campo abierto y, nada más asomarse al balcón del área, ejecutó un zurdazo con comba imposible para Ter Stegen.

Y Cristiano dio la puntilla después de, esta vez sí, culminar un pase de la muerte también de Nuno Mendes. A Alemania se le vieron las costuras cuando fue a buscar el empate, más por responsabilidad y corazón que otra cosa. Diogo Jota no tuvo ni que emplearse, sí Ter Stegen, que salvó el tercero de Portugal con una doble parada. Los lusos ya están en la final donde esperan a España. O a Francia. Este jueves se resolverá la dicotomía.