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Baloncesto: Se marcha una leyenda

El Barça retira a Juan Carlos Navarro tras 20 años de exitosa carrera

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Juan Carlos Navarro no seguirá la próxima temporada jugando al baloncesto profesional. La Bomba se retira, quizá contra su voluntad, del deporte donde ha sido un referente en las últimas dos décadas. Capitán del Barcelona, con el que ha ganado 35 títulos, y de la selección española, el escolta deja el basket a los 38 años entre el aplauso general y el respeto de toda la familia de la canasta.

Navarro inició su carrera en 1997 con una irrupción estelar en la primera plantilla del Barcelona, donde ganó dos Euroliga y donde posee casi todos los récords posibles. Con apenas 1,92 de altura, pero un espectacular desparpajo se aventuró a ir a la NBA en 2007 batiendo el récord de triples de un novato antes de volver a la Ciudad Condal para terminar de forjar una leyenda que le ha convertido en uno de los jugadores más queridos y al mismo tiempo odiados –por su inmenso talento– en el Viejo Continente.

El escolta nunca ha tenido reparos en mostrar su afinidad por jugar con la selección española, siendo el jugador que más veces ha vestido la camiseta nacional con más de 240 presencias. En su trayectoria con España encontramos medallas y reconocimientos individuales de todo tipo. Tricampeón del Eurobasket, campeón mundial en 2006, tres veces medallista olímpico o MVP del EuroBasket 2011, Navarro se convirtió en el hombre orquesta de un equipo de leyenda.

Ahora Juan Carlos intentará reflotar a una sección azulgrana de baloncesto sumida en una grave crisis de juego y títulos, pero desde los despachos. El escolta se integrará en la dirección deportiva, aunque todavía en un puesto sin especificar. Navarro pasará a la memoria colectiva del baloncesto como un jugador de época en un cuerpo de otro tiempo. Jamás se vio a alguien con tan pocas ayudas físicas dominar el baloncesto europeo como él. Se marcha una leyenda.