El lío del Atlético: sus cuentas para meterse en octavos de final

Ganar en casa a Brujas y Bayer y empatar en Portugal. Las cuentas para la supervivencia del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones no pueden estar más claras. El equipo cierra la primera ronda de la fase de grupos como colista, con tres puntos y una diferencia de goles de -3. El 2-0 encajado ayer en Bélgica le hace mucho daño, pero el 2-0 recibido en Alemania es una verdadera tragedia a la vista de cómo está la clasificación. La próxima semana, Atlético-Brujas en el Metropolitano y Bayer-Oporto en Leverkusen.

Todo indica que el Brujas será cómodamente campeón de grupo. El equipo flamenco cierra la primera vuelta con nueve puntos y una diferencia de goles de +7. Ganando en Madrid está matemáticamente clasificado, por lo que vendrá seguro a por todas. La pugna se centra ahora en saber quién será segundo, posición en la que existe un empate a tres puntos entre Bayer, Oporto y Atlético que de momento favorece a los alemanes, con una diferencia general de -1 por -3 de españoles y portugueses. El balance de goles a favor y en contra puede jugar un papel decisivo en esta primera fase.

Si el Atlético suma los nueve puntos posibles está clasificado. También le basta con ganar los dos partidos de casa y sumar un empate en Portugal. Esos 10 puntos le convierten en inalcanzable para Bayer y Oporto. Los alemanes porque, si pierden en Madrid, llegan a lo sumo a nueve puntos. Los portugueses porque a lo sumo empatarían a 10 puntos con los rojiblancos y en ese les penalizaría la derrota de Madrid. Dado que para que este supuesto se produzca es imprescindible que el Brujas caiga en el Metropolitano, los otros dos resultados de los belgas no influyen para ser segundos si el Atlético llega a la cifra mágica de 10 puntos.

Sin embargo una cosa son las matemáticas y otra muy distinta las sensaciones que desprende este equipo, que ha perdido tres de los cuatro últimos partidos que ha disputado. Sin solución de continuidad le espera el sábado a las 16.15 el Girona y, a partir de ahí, a pensar en el Brujas. O se le gana o a hacer las maletas. Es la triste realidad.