Existe una amplia gama de estrategias y enfoques para poder controlar el peso. Una teoría que ha ganado popularidad es que el orden en el que se consumen los alimentos puede tener un impacto en la pérdida de peso. Esta apunta que seguir un orden específico al comer puede ayudar a regular el apetito, mejorar la digestión y potencialmente evitar engordar. La clave está en la glucosa, en mantenerla a raya pues es la causante de la que aparezcan antojos, influye en el sueño, en el estado de ánimo y, por tanto, también en la báscula. ¿Y cómo se controla? Pues siguiendo un orden en concreto en cada comida.
La teoría de que el orden de los alimentos influye en el peso procede de un estudio científico de la Universidad Nueva York en el que afirmaba que así es cómo se consigue reducir los picos de glucosa en sangre. Es decir que si al inicio de la comida ingieres azúcares simples (pan blanco, harina, frutas…) se produce un aumento rápido de azúcar en sangre. Esta hipoglucemia favorece a que aparezca una sensación de hambre al poco tiempo de haber comido y a la larga te hará picar entre horas… y, por tanto, engordar.
El orden importa
El estudio señala que esta hipoglucemia se puede evitar siguiendo el siguiente orden de alimentos.
- Alimentos ricos en fibra: Comenzar una comida con alimentos ricos en fibra, como verduras, legumbres o granos enteros, puede ayudar a proporcionar una sensación de saciedad rápida.
La fibra es conocida por su capacidad para llenar el estómago y mantenernos satisfechos por más tiempo, lo que puede ayudar a controlar la ingesta total de alimentos.
- Proteínas antes de los carbohidratos: Consumir una fuente de proteína magra, como pollo, pescado o tofu, antes de los carbohidratos puede tener beneficios para no engordar.
Las proteínas requieren más tiempo y energía para digerirse, lo que puede ayudar a ralentizar la liberación de glucosa en sangre y evitar los picos de azúcar. Además, las proteínas son conocidas por su capacidad para promover la saciedad y reducir los antojos.
- Grasas saludables: Las grasas saludables, como las provenientes de aguacates, nueces o aceite de oliva, también juegan un papel importante en el orden de los alimentos.
Consumir este tipo de grasas puede ayudar a aumentar la sensación de saciedad y retrasar la digestión de otros nutrientes, lo que puede contribuir a un mayor control del apetito.
- Postres o alimentos dulces al final: Al comer alimentos dulces al final es más probable que te sientas satisfecho antes de consumir una gran cantidad de azúcar, lo que puede ayudar a controlar el consumo excesivo de calorías y, por tanto, engordar.
La fruta, a pesar de ser una gran fuente de fibra, también se encuentra en este apartado.
