¿Sindicatos subvencionados, dice?

No hay diferencia alguna entre el gobierno «progresista» (sic) y los sindicatos de Álvarez (UGT) y Sordo (CCOO). El mimetismo es total entre el Gobierno Sánchez y estas organizaciones que dicen ser de «clase».

Hay un refrán español muy ilustrativo para medir la independencia de las principales organizaciones sindicales en España: «Quien paga, manda». Es la sensación que se transmite al respecto de UGT y CCOO. Escrito por corto y por directo: que la jefa de ambas organizaciones es el ministra de Trabajo, que tiene la firma en los cheques.

Conozco el enfado que produce entre los dirigentes sindicales esta creencia generalizada en la sociedad española de poner en cuestión su independencia. ¡Por algo será! El caso de UGT es un tema histórico porque desde su nacimiento estuvo ligado al PSOE; y también CCOO, aunque más reciente, es una organización ligada al Partido Comunista. Los tiempos han cambiado en las relaciones laborales y en la propia organización del trabajo.

UGT tuvo recientemente una severa condena judicial en Andalucía por lisa y moronda corrupción, obligada a devolver 50 millones; recientemente otro tribunal, la Audiencia Nacional, ha puesto en cuestión la percepción de alguna que otra subvención cobrada indebidamente, obligando al sindicato a devolver 90.000 euros. ¿Qué ha sucedido, señor Álvarez? El asunto es lo suficientemente serio como para dar alguna explicación en la misma línea que usted se pronuncia cuando las condenas afectan a determinados partidos políticos que obviamente no son el suyo.

Luego estaría lo de su mimetismo con el independentismo cuando dirige una organización teóricamente internacionalista cuyo único objetivo es la defensa de los trabajadores. Y también me gustaría conocer si en alguna ocasión ha pertenecido a algún organismo ligado, por ejemplo, a Fecsa/Endesa. Y qué contrapartidas, si las hubiera, fueron satisfechas…