Pablo Iglesias da otra lección magistral de hipocresía

Resulta paradójico y bastante hipócrita que el IMSERSO, Instituto de Mayores y Servicios Sociales, organismo público que depende de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que dirige Pablo Iglesias, premie con puntos extra en sus licitaciones a aquellas empresas que se «comprometan durante la ejecución de los contratos» a cubrir plazas vacantes con personal femenino.

Este sistema es el utilizado normalmente para potenciar la contratación de personas en riesgo de exclusión tales como discapacitados, drogodependientes o mujeres maltratadas. Sin embargo, el organismo público dependiente de Iglesias ha considerado que el mero de hecho de ser mujer puede incluirse en estos «criterios sociales». De este modo, si las empresas optan por la contratación de mujeres en mayor número que hombres, tendrán más posibilidades de contratar con el IMSERSO.

Podemos cuenta en el partido con 164 hombres contratados y 128 mujeres. La cifra aparece en un documento oficial consultado por OKDIARIO. Se trata de la memoria de 2018,  que recoge las cifras de la formación morada durante ese año. Un análisis de dicha memoria permite extraer dos conclusiones: que Podemos no cumple con la ley de paridad que pretende imponer en las instituciones y que, además, sus cifras han empeorado respecto a años anteriores.

Dicho de otro modo, si Podemos fuera una empresa que pretendiera adjudicarse licitaciones del IMSERSO, sus posibilidades de llevarse el contrato serían muy escasas, dado que el mayor número de hombres que mujeres contratados le impediría beneficiarse de la puntación extra que el organismo público que dirige Iglesias concede a las sociedades que apuesten por las féminas.

El cinismo del partido de Iglesias es de nota. El pasado año, Podemos propuso modificar la ley para exigir la paridad en las instituciones que reciban financiación pública y se comprometió a modificar la Ley orgánica 3/2007 de Igualdad entre mujeres y hombres para pasar del «puro fomentar y recomendar a exigir». Es decir, el partido morado quiere que todas las instituciones financiadas con dinero público tengan que ajustarse a la exigencia de tener los mismos hombres y mujeres. Y, sin embargo, lo que pretende para los demás no se lo aplica a sí mismo. La doble moral de Iglesias es infinita.