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Navegadores integrados, ¿merece la pena gastarse el dinero?

Navegador GPS integrado

Una de las mayores dudas que suelen tener los conductores a la hora de comprar un coche nuevo es si merece la pena o no aumentar la inversión para disponer de un navegador GPS integrado en su automóvil. La elección no es tan sencilla como parece, ya que en la mayoría de los casos y pese a que los costes de su instalación se han abaratado en los últimos años, continúa siendo una opción adicional algo cara.

Para que te hagas una idea, optar por un navegador de fábrica en modelos premium como el Audi A3 o el BMW Serie 3 puede aumentar la factura en cerca de 1.500 euros. Hacer lo propio en coches más populares como el Renault Mégane o el Opel Astra incrementa el precio entre 500 y 800 euros. En el lado opuesto se encuentran modelos como por ejemplo el Duster, por el que Dacia «sólo» pide poco más de 200 euros por un navegador.

Lógicamente cuanto mayor es el precio de un navegador integrado por la marca más opciones adicionales suele incorporar. Pero más allá de esta diferencia de coste entre unos dispositivos GPS y otros, queremos valorar las ventajas que ofrece un navegador de serie frente a uno externo y viceversa.

Navegadores GPS integrados, ¿por qué elegirlos?

Para empezar vamos a dar una serie de razones por las que estaría más que justificada una inversión extra en un navegador pensado especialmente para nuesto coche. Una de las ventajas más importantes es su integración en el conjunto. Para que se ofrezca un GPS integrado en nuestro coche previamente la marca habrá hecho un exhaustivo estudio de diseño. Esto se traduce en que nuestro navegador quedará perfectamente integrado en el conjunto y visualmente resultará mucho más atractivo.

La ergonomía por situarse en una posición pensada para facilitar al conductor su manejo es otro aspecto a favor. En esta línea podríamos mencionar que muchos modelos trasladan incluso la información de navegación al cuadro de instrumentos, lo que evita tener que apartar por completo la vista de la carretera, además de ofrecer diferentes mandos para el manejo colocados en un lugar estratégico.

Opciones de mensajería de texto y voz, aplicaciones, configuración personal de música, diferentes sistemas de entretenimiento, Internet… Los navegadores GPS integrados ofrecen ya numerosas funciones adicionales a la simple guía de navegación, sin duda un valor añadido a la hora de decantarse por ellos.

Navegadores GPS externos: sus virtudes

 

Como no puede ser de otra manera, la primera ventaja que debemos mencionar a la hora de adquirir un navegador GPS portátil es su precio. Desde unos 100 euros podemos acceder a la gama básica de los diferentes fabricantes de navegadores que, si no eres demasiado exigente, cumplirán perfectamente con su función: darte las indicaciones necesarias para llegar a tu destino.

Con el paso de los años su funcionamiento se ha perfeccionado y son garantía de un buen guiado para quien los utilice. De hecho algunas de las marcas más conocidas en este campo, como por ejemplo Garmin o TomTom, se encargan de integrar su software en muchos sistemas de navegación ofrecidos por las marcas de coches.

Está claro que muchos verán su portabilidad como un aspecto engorroso, ya que tienes que fijarlo y retirarlo del coche casi cada vez que te subas si no quieres tentar a los cacos. Nosotros en este caso lo veremos como una ventaja, ya que puedes llevarlo contigo si vas a conducir otro coche.

En tu mano está valorar qué argumentos a favor o en contra tienen más peso para elegir un sistema con el que cada vez estamos más acostumbrados a convivir y comienza a resultar imprescindible.

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