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El Guardia Civil que multó por venganza va a la cárcel

Carnet por puntos
Desde ahora, ser sorprendido por la Guardia Civil conduciendo sin puntos en el carnet será considerado como delito.

Los abusos de autoridad tienen sus consecuencias. Esto es lo que podemos deducir de una historia de lo más rocambolesca que nos han contado nuestros colegas del diario El Español. Al parecer, el 17 de diciembre de 2011, un Guardia Civil circulaba fuera de servicio y con su coche particular de camino al cuartel de Navalcarnero por la carretera M-404. En un momento dado, frenó de una forma excesiva y sin motivo aparente, algo que la conductora del coche que circulaba detrás de él le recriminó con el claxon. Ante esto, el agente hizo un uso descarado del freno en varias ocasiones a modo de ‘represalia’, con lo que al lograr adelantarle, la conductora del otro coche, junto a su acompañante, le dedicó una serie de gestos ofensivos.

Lo que parecía un ‘pique’ de tráfico de los que lamentablemente se producen cada día en nuestras carreteras se transformó en algo más cuando el agente decidió apuntarse la matrícula del coche de la conductora, sancionándola con dos multas diferentes nada más llegar a su puesto de trabajo. Los motivos de las mismas fueron circular detrás de otro vehículo sin dejar la distancia de seguridad adecuada y circular detrás de otro vehículo sin indicar que se va a realizar un adelantamiento, evitando que otros vehículos puedan adelantar con seguridad. Además, este Guardia Civil, que identificó las multas con su placa, emitió las sanciones en dos días diferentes, una en la fecha del ‘enfrentamiento’ y otra un mes antes.

Dos meses después, la conductora en cuestión recibió las notificaciones de las multas. No obstante, recordaba perfectamente el incidente que se produjo con el agente, con lo que solicitó una copia de las multas a la Jefatura de Tráfico para proceder a denunciarlas por falsedad tras comprobar que las había emitido el mismo agente.

De esta forma se abrió un proceso judicial en el que la propia Guardia Civil confirmó que su agente se encontraba fuera de servicio en el momento que se produjeron los incidentes, además de comprobar que a la hora que se dieron los mismos, éste se encontraba en la citada M-404 de camino a su puesto de trabajo. Así se confirmó un claro caso de abuso de autoridad y la falsedad de las dos denuncias, algo que está penado con un mínimo de tres años de cárcel, precisamente lo que le ha ‘caído’ al fraudulento agente. No obstante, aún queda pendiente la petición de expulsión del cuerpo de la Guardia Civil ante la gravedad de los hechos, algo de lo que solamente le puede salvar un indulto del gobierno.

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