Insanity, el súper deportivo que heredó un motor de avión

¿Cuánto corre tu coche? 650 km/h. Este corto pero directo diálogo seguramente sea uno de los más repetidos en la vida de Ryan McQueen, un aficionado a las carreras Jetcar que un buen día decidió ponerse manos a la obra para tener su propio coche con motor a reacción. Lo más curioso del caso es que este ciudadano canadiense no tenía apenas conocimientos mecánicos cuando hace alrededor de 10 años comenzó con este proyecto.

Puede que la imagen del coche -zaga aparte-, te suene bastante. Sí, se parece mucho a un Ferrari Enzo, una de las joyas más brillantes de la historia de Maranello. Pero este Insanity, que así se llama la joya, no tiene nada que ver con el deportivo italiano. La carrocería del mismo ha sido fabricada de una forma totalmente artesanal utilizando materiales ligeros como la fibra de carbono y la fibra de vidrio.

Dejando su estética aparte, lo que más impresiona del Insanity es su motor. Éste está compuesto por dos reactores de avión proporcionados por Rolls-Royce -sí, además de a hacer coches de lujo se dedican a esto-. El resultado es el que te comentábamos al principio, un vehículo capaz de alcanzar una velocidad punta de 650 km/h. Eso sí, debes preparar bien el bolsillo si te interesa, porque según su creador, a plena potencia, estamos hablando de un consumo de unos 400 litros… ¡cada dos minutos!

En cuanto al precio, tampoco es que sea especialmente barato. McQueen ha tasado a su Insanity en 90.000 dólares canadienses, lo que vienen a ser aproximadamente algo más de 60.000 euros. Como capricho -no es precisamente un coche con el que puedas ir a comprar el pan- para quien pueda pagarlo no está nada mal. Además, si eres de esos que les gusta ser observados, se nos ocurren pocos vehículos más efectivos para ello que éste.