Contenido
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- 1 ¿Qué tratamientos se recomiendan para reparar los talones agrietados?
Los talones agrietados son un problema frecuente en la piel que afecta tanto a hombres como a mujeres en distintas etapas de la vida. Si bien por lo general representan una molestia estética, es una condición dermatológica que si no se trata de manera eficiente puede evolucionar y producir complicaciones como dolores, sangrado e infecciones. Los talones agrietados suelen intensificarse en verano, cuando se utilizan sandalias o calzado descubierto, o bien en personas que pasan largas horas de pie. Los expertos de la Clínica Mayo relatan que detrás de la piel endurecida y seca puede haber factores médicos relevantes que agravan la situación.
Entre las enfermedades más relevantes que pueden manifestar los talones agrietados se encuentran la diabetes, el hipotiroidismo, eccemas, obesidad e infecciones fúngicas como el pie de atleta, que pueden originar o intensificar las fisuras. El podólogo Manuel Vidal explica en su cuenta de TikTok las medidas principales para tratar este problema: la hidratación adecuada, la eliminación controlada de durezas y el uso de un calzado correcto son claves para prevenir y tratar esta condición de forma eficaz. Además, el clima seco y frío hace que el uso de zapatos abiertos o mal ajustados, o caminar descalzo sobre superficies duras también incrementan el riesgo. «Si se atienden estos signos de manera temprana hay más posibilidades de evitar que las grietas se profundicen y generen dolor al caminar o estar de pie. De ese modo, se mejora la salud de los pies y la calidad de vida general», menciona Vidal.
¿Qué tratamientos se recomiendan para reparar los talones agrietados?
El tratamiento de los talones agrietados depende de la gravedad del caso. En situaciones leves, la hidratación diaria es la primera línea de cuidado. Se aconseja aplicar cremas espesas que contengan urea, ácido salicílico o alfahidroxiácidos, compuestos que suavizan y eliminan la piel muerta.
Según la Clínica Mayo, este tipo de productos debe usarse como máximo dos veces al día, ya que en exceso pueden provocar irritación o ardor. Un método muy efectivo consiste en realizar baños con agua tibia en los pies durante 10 minutos, seguido de una exfoliación suave con esponja vegetal o piedra pómez.
Luego, colocar una crema nutritiva o vaselina y cubrir los pies con calcetines de algodón para favorecer la absorción nocturna. Esta rutina acelera la reparación de la piel y evita que las grietas se profundicen.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de los talones agrietados?
Los talones resecos se deben a una combinación de factores médicos, ambientales y de estilo de vida. Entre las causas más comunes destacan la obesidad, que aumenta la presión sobre los talones; la diabetes y el hipotiroidismo, que alteran la circulación y la hidratación de la piel; así como afecciones dermatológicas como el eccema o la psoriasis.
El Centro Médico Center indica que también existen causas externas como pasar mucho tiempo descalzo, utilizar calzado inadecuado o exponer los pies a climas extremos. «Un factor menos conocido es la infección por pie de atleta, un tipo de micosis causada por dermatofitos que se desarrollan en ambientes húmedos y cálidos, como duchas públicas o zapatos cerrados», comentan los expertos de la institución.
A su vez, indican que esta infección no solo provoca descamación y picor, sino que puede favorecer la formación de grietas profundas en los talones, incrementando el riesgo de complicaciones.
Los principales síntomas y las señales de alerta
El primer signo de alerta es la presencia de piel seca, dura y engrosada en el borde de los talones, lo que se conoce como callo. Con el tiempo, sobre esta zona pueden aparecer pequeñas fisuras que se profundizan si no son tratadas de manera eficiente.
Los talones agrietados producen dolor al caminar, al estar de pie o incluso al calzarse. Si se llega a un caso más avanzado, las grietas pueden sangrar, abrir la puerta a infecciones bacterianas y requerir atención médica inmediata.
Otros síntomas asociados son el enrojecimiento, la sensibilidad al tacto, la descamación excesiva e incluso la aparición de mal olor cuando existe sobreinfección fúngica.
¿Cuándo acudir al podólogo?
Frente a situaciones de talones severamente agrietados, dolorosos o sangrantes, es indispensable la intervención de un especialista. El podólogo puede controlar la situación eliminando las capas de piel muerta sin riesgo de dañar el tejido sano.
Además, en pacientes con diabetes u otras enfermedades metabólicas, el tratamiento profesional es aún más importante para prevenir úlceras e infecciones. Según Manuel Vidal, podólogo, automedicarse o intentar cortar la piel engrosada en casa puede ser contraproducente y aumentar el riesgo de complicaciones.
¿Cómo prevenir y aplicar cuidados a largo plazo?
La mejor manera de evitar que los talones vuelvan a agrietarse es mantener una rutina de cuidado constante. Esto incluye hidratar los pies dos veces al día, utilizar calzado adecuado que amortigüe el impacto, evitar andar descalzo sobre superficies duras y mantener una correcta higiene.