Esto es lo primero que empiezan a olvidar las personas con Alzheimer

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Esto es lo primero que empiezan a olvidar las personas con Alzheimer

El Alzheimer es la forma más común de demencia y, aunque suele aparecer en adultos mayores, no es parte del envejecimiento normal. Identificar los primeros signos del Alzheimer es fundamental para buscar ayuda médica a tiempo y comenzar un tratamiento que pueda ralentizar su avance. Uno de los primeros signos de alerta es la pérdida de memoria que interfiere con la vida cotidiana. Al principio, puede parecer algo normal, como olvidar una cita o perder objetos, pero con el tiempo estos episodios se vuelven más frecuentes.

Según la Alzheimer’s Association, es una enfermedad cerebral que causa un deterioro lento en la memoria, la cognición y habilidades del razonamiento. Es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Es habitual que olviden nombres de personas cercanas, fechas importantes o conversaciones recientes. Incluso puede haber cambios en el juicio o la toma de decisiones. Además, las personas con Alzheimer suelen experimentar dificultad para planificar o resolver problemas, como seguir una receta o administrar sus finanzas. También pueden tener problemas para completar tareas habituales, como vestirse, cocinar o recordar cómo llegar a lugares conocidos. Estas señales tempranas suelen confundirse con el envejecimiento normal, pero es importante estar atentos, ya que una detección precoz permite acceder a tratamientos que pueden ralentizar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.

Las primeras cosas que empiezan a olvidar las personas con Alzheimer

Según la Fundación del Cerebro, una organización española dedicada a la investigación de enfermedades neurológicas, olvidar lo que se ha comido hace unas horas puede ser una de las primeras manifestaciones de esta enfermedad.

El Alzheimer no afecta a todas las personas por igual, pero existen síntomas comunes que aparecen en las primeras fases de la enfermedad.

Pérdida de memoria que atraviesa lo cotidiano

Olvidar información reciente, repetir preguntas o depender de recordatorios constantemente.

Dificultad para realizar tareas diarias

Como vestirse, preparar el café o llegar a lugares conocidos. «A veces pueden tener dificultades para recordar lugares conocidos, organizar listas del mandado o recordar las reglas de un juego favorito», afirma la Alzheimer’s Association, en base a cosas cotidianas que cada vez son más complicadas para quien lo padece.

Desorientación en tiempo y espacio

No saben qué día es, confunden estaciones del año o se pierden en trayectos familiares.

Dificultad para planificar o resolver problemas

Les cuesta seguir una receta o controlar sus finanzas, algo que antes hacían sin esfuerzo.

Dificultad para hablar o escribir

Olvidan palabras comunes, repiten frases o no pueden seguir una conversación. “Pueden dejar de hablar en medio de una conversación sin idea de cómo seguir o pueden repetirse. Puede batallar con el vocabulario”, asegura la Alzheimer’s Association.

Pérdida de objetos y dificultad para recordar dónde los dejaron

Guardan objetos en lugares inusuales y luego no logran encontrarlos.

Juicio o toma de decisiones deteriorada

Pueden vestirse de forma inadecuada para el clima o ser víctimas de fraudes por no identificar riesgos.

Disminución en la participación de actividades sociales o laborales

Se aíslan por vergüenza o falta de interés, perdiendo conexión con su entorno.

Cambios en el estado de ánimo o la personalidad

Pueden volverse personas confusas, temerosas, ansiosas o deprimidos sin causa aparente.

Estos síntomas pueden variar de persona a persona, pero si se presentan de forma persistente, es importante acudir a un médico especialista en neurología o geriatría. Normalmente, hay varias fases, es mejor descubrirle en etapas tempranas.

Posibles tratamientos y cuidados para los síntomas tempranos del Alzheimer

Si bien actualmente no existe una cura para el Alzheimer, detectar la enfermedad en etapas tempranas, como decimos, permite acceder a tratamientos que pueden ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida del paciente.

Tratamientos farmacológicos

Inhibidores de la colinesterasa

Según la Fundación Pasqual Maragall, existen enzimas (un tipo de sustancia que participa en procesos químicos del organismo), llamadas colinesterasas.

En el caso del Alzheimer, las neuronas y sinapsis colinérgicas se ven particularmente afectadas. Y aquí es donde intervienen los fármacos llamados inhibidores de la colinesterasa o de la acetilcolinesterasa (donepezilo, rivastigmina y galantamina), que frenan la acción de esta enzima para que se mantengan los máximos niveles posibles de acetilcolina.  Ayudan a mantener estables los niveles de neurotransmisores.

Memantina

«La memantina está relacionada con otro de estos minúsculos mensajeros químicos que trasladan información de una a otra neurona», explica la Fundación Pasqual Maragall. Para etapas moderadas a avanzadas, actúa regulando el glutamato, otro neurotransmisor relacionado con la memoria.

Medicamentos complementarios

En algunos casos se recetan antidepresivos, ansiolíticos o antipsicóticos para tratar cambios en el estado de ánimo o el comportamiento.

Terapias no farmacológicas

Un equipo conjunto del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, junto al Instituto de Investigación del Hospital del Mar, ha demostrado que el consumo habitual de alimentos ricos en grasas omega-3, tanto de origen vegetal como marino, está relacionado con una mejor capacidad del cerebro para metabolizar la glucosa necesaria para su funcionamiento, aunque ya se hayan producido los primeros daños relacionados con la enfermedad.

Cuidados diarios para prevenir el deterioro y mejorar la calidad de vida

Consejos y recomendaciones para familiares y cuidadores de pacientes con Alzheimer

Informarse sobre la enfermedad

Conocer cómo evoluciona el Alzheimer permite anticipar sus necesidades.

No tienen que existir discusiones

Evita enfrentamientos. Acompaña con paciencia y redirige suavemente las conversaciones.

Apoyarse en redes de ayuda

Existen grupos de apoyo, asociaciones y profesionales especializados en cuidado de personas con demencia.

 

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