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Cuando escuchamos un pitido constante en el oído sin que exista una fuente sonora externa puede parecer una experiencia puntual. Sin embargo, para millones de personas en el mundo, ese zumbido es parte de su día a día. Se trata del tinnitus o acúfeno, un fenómeno auditivo que afecta a una gran parte de la población, especialmente a medida que se envejece. Aunque en muchos casos no implica una enfermedad grave, su persistencia puede convertirse en un factor que incide en la calidad de vida. La sensación auditiva puede presentarse como un silbido, zumbido, rugido o incluso como un murmullo continuo que no cesa ni en los momentos de silencio total.
El tinnitus no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que puede derivar de múltiples causas, desde lesiones en el oído interno hasta problemas cardiovasculares o efectos secundarios de ciertos medicamentos. Algunas personas lo experimentan de forma temporal, mientras que otras lo padecen de manera crónica. El impacto emocional y psicológico puede ser considerable: ansiedad, irritabilidad, trastornos del sueño y dificultades de concentración son algunos de los efectos colaterales más frecuentes. Aunque no existe una cura definitiva para todos los casos, conocer sus posibles causas y tratamientos es esencial para afrontarlo de la mejor manera posible. El tinnitus es una condición auditiva más común de lo que parece. Si bien su naturaleza es compleja, contar con información clara y recursos adecuados permite abordar el problema desde distintos frentes.
Por qué notamos un pitido en el oído
El tinnitus, también conocido como acúfeno, es la percepción de sonidos que no proceden de ninguna fuente externa. Estos ruidos «fantasma» suelen manifestarse como zumbidos, pitidos, chasquidos o incluso como un siseo constante. El sonido puede ser leve o intenso, y afectar a uno o ambos oídos.
A pesar de su frecuencia, no se trata de un problema menor: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 15% de la población adulta ha experimentado alguna vez esta condición, y en torno al 1-2% sufre una forma severa que interfiere notablemente en su vida diaria.
Aunque popularmente se asocia con la pérdida auditiva, no todas las personas con tinnitus presentan pérdida de audición. De hecho, algunos lo desarrollan sin alteraciones detectables en su capacidad auditiva. Según el portal de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA), una exposición continuada a ruidos fuertes —especialmente en entornos laborales— puede provocar daños irreversibles en el oído interno, siendo el tinnitus uno de los primeros signos de alerta.
Principales causas del acúfeno
Existen múltiples factores que pueden desencadenar el tinnitus. Las causas más comunes incluyen:
- Pérdida auditiva relacionada con la edad (presbiacusia): a medida que envejecemos, las células sensoriales del oído se deterioran, lo que puede generar acúfenos.
- Exposición al ruido excesivo: profesionales de la construcción, músicos y personas que frecuentan ambientes ruidosos pueden desarrollar tinnitus por daño en las células ciliadas del oído interno.
- Tapones de cerumen: la acumulación de cera puede impedir que el oído funcione correctamente y desencadenar estos sonidos.
- Trastornos vasculares: algunos acúfenos están relacionados con alteraciones en la circulación sanguínea, como hipertensión o aneurismas.
- Efectos secundarios de medicamentos: fármacos como algunos antibióticos, diuréticos o tratamientos contra el cáncer pueden provocar tinnitus como efecto colateral.
Tipos de tinnitus
No todos los acúfenos son iguales. Los especialistas los clasifican en dos grandes grupos:
- Tinnitus subjetivo: es el más común. Solo lo puede escuchar la persona que lo padece. Suele estar relacionado con daños en el oído interno o en las vías auditivas del cerebro.
- Tinnitus objetivo: es muy raro y puede ser detectado por un médico durante una exploración. Suele deberse a problemas vasculares o musculares.
Consecuencias psicológicas
Más allá de lo físico, el tinnitus puede tener un impacto significativo en la salud mental. La imposibilidad de «desconectar» del sonido continuo puede generar altos niveles de estrés.
Según la British Tinnitus Association (BTA), el 48% de las personas con acúfenos severos presenta síntomas de ansiedad, y el 45% sufre de trastornos del sueño. En casos extremos, puede desembocar en depresión o aislamiento social. Por eso, el abordaje psicológico debe ser parte integral del tratamiento.
Tratamientos disponibles
Aunque no hay una cura universal para el tinnitus, existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar sus síntomas o a que el paciente los tolere mejor:
- Terapias de sonido: utilizan ruidos blancos, música o sonidos ambientales para enmascarar el tinnitus y desviar la atención del mismo.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a gestionar las emociones negativas y el estrés asociado.
- Audífonos: en personas con pérdida auditiva, el uso de audífonos puede reducir la percepción del tinnitus.
- Medicamentos: aunque no específicos para el tinnitus, algunos ansiolíticos o antidepresivos pueden ser útiles en casos graves.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomienda que cualquier tratamiento farmacológico sea supervisado por un especialista, debido a la posible interacción con otras patologías o efectos secundarios.