Contenido
- 0.1 El suplemento que me recomendó mi nutricionista y me ha cambiado la vida: para mayores de 60 años
- 0.2 Esto es lo que dice la ciencia sobre utilizar luz roja: los efectos reales que tiene en tu piel
- 0.3 Ni a los 45 ni a los 70 años: la OMS confirma la edad a la que empiezan a envejecer los hombres
- 1 La apnea del sueño: un neurólogo alerta sobre las personas que roncan
Roncar no siempre es un simple porblema nocturno. Según un nuevo estudio de la Academia Americana de Neurología, las personas que roncan de manera habitual o sufren apnea del sueño podrían estar experimentando cambios estructurales en el cerebro. En particular, los investigadores encontraron que quienes presentan episodios frecuentes de interrupción respiratoria durante el sueño y roncan tienden a mostrar una reducción en la materia gris y alteraciones en la sustancia blanca, zonas clave para la memoria, la concentración y el procesamiento de la información.
El trabajo, publicado en diciembre de 2024 y centrado en una población predominantemente latina, refuerza una idea que la ciencia lleva tiempo observando: los trastornos del sueño no solo afectan al descanso, sino también a la salud neurológica. Las conclusiones apuntan a que un descanso de mala calidad, acompañado de bajos niveles de oxígeno durante la noche, podría acelerar procesos de envejecimiento cerebral o incrementar el riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo. El estudio de la Academia Americana de Neurología aporta una evidencia más de que el sueño de calidad es un pilar esencial de la salud cerebral. Roncar de forma habitual o padecer apnea del sueño no solo afecta al descanso, sino que puede provocar cambios estructurales en el cerebro, incluyendo la pérdida de materia gris y alteraciones en la sustancia blanca.
La apnea del sueño: un neurólogo alerta sobre las personas que roncan
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno en el que la respiración se interrumpe de forma repetida durante la noche, a veces cientos de veces, provocando microdespertares que impiden alcanzar un sueño reparador. Aunque muchas personas lo asocian únicamente con los ronquidos, sus consecuencias van mucho más allá.
Según el National Institutes of Health (NIH), aproximadamente el 15% de los adultos de mediana edad presenta algún grado de apnea del sueño, y muchos no están diagnosticados. Este trastorno está relacionado con un mayor riesgo de hipertensión, accidentes cerebrovasculares y problemas metabólicos, pero también con alteraciones cerebrales que podrían tener un impacto directo en la función cognitiva.
El estudio de la Academia Americana de Neurología analizó resonancias magnéticas de personas con distintos grados de apnea y encontró diferencias notables en las diversas zonas cerebrales relacionadas en la memoria y el pensamiento. Aquellos con mayores dificultades respiratorias durante el sueño mostraban una reducción significativa de materia gris en zonas del hipocampo, una estructura esencial para el aprendizaje y la consolidación de recuerdos.
Cambios en la materia blanca y oxigenación cerebral
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio fue la alteración en la sustancia blanca, el tejido que conecta diferentes áreas del cerebro y permite la transmisión eficiente de la información neuronal. Las personas que presentaban niveles de oxígeno más bajos durante la noche mostraban un deterioro estructural en estas fibras, un patrón que los científicos asocian al envejecimiento cerebral prematuro.
La reducción en la oxigenación, conocida como hipoxia intermitente, genera un estrés repetido sobre las células cerebrales. Este fenómeno puede provocar inflamación y dañar los vasos sanguíneos del cerebro, reduciendo su capacidad para nutrir adecuadamente el tejido neuronal. Con el tiempo, estas alteraciones se traducen en dificultades de concentración, pérdidas de memoria y una mayor fatiga mental.
Los investigadores destacan que estos cambios son reversibles en parte si se trata el trastorno a tiempo. Las terapias más efectivas incluyen el uso de dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), que mantienen el flujo de aire estable durante el sueño, así como modificaciones en el estilo de vida: bajar de peso, evitar el alcohol y mantener una rutina de descanso regular.
Un cerebro que se adapta en las personas que roncan
Paradójicamente, el estudio también halló que algunas personas con apnea mostraban un hipocampo más grande de lo normal. Este resultado, en apariencia positivo, podría ser un signo de adaptación más que de fortaleza. Los científicos creen que este aumento podría deberse a un intento del cerebro por compensar la falta de oxígeno o el estrés oxidativo, lo que, a largo plazo, puede acabar derivando en una sobrecarga de la función neuronal y un posterior deterioro.
El hipocampo cumple un papel fundamental en el almacenamiento de la memoria y la orientación espacial, y cualquier alteración en su estructura tiene consecuencias en la capacidad cognitiva. En palabras del equipo investigador, la apnea del sueño no debe considerarse solo un problema respiratorio, sino un trastorno neurológico con impacto sistémico.
El sueño como pilar de la salud cerebral
Dormir bien es mucho más que descansar: es el momento en que el cerebro se repara, consolida recuerdos y elimina toxinas acumuladas durante el día. Una mala calidad del sueño en las personas que roncan afecta la plasticidad neuronal y la regeneración celular.
Durante la fase profunda del sueño, las células cerebrales reducen su actividad y permiten que el sistema glinfático —un mecanismo de limpieza cerebral— elimine desechos metabólicos, como la proteína beta-amiloide, asociada al Alzheimer. Si este proceso se interrumpe de forma constante, como ocurre con la apnea, las consecuencias pueden manifestarse en forma de deterioro cognitivo precoz o pérdida de volumen cerebral.






