Contenido
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- 0.2 Por qué gastamos tanto dinero en Navidad: esta respuesta no te gustará, pero lo dicen los psicólogos
- 0.3 El sensacional truco para decirle a un niño pequeño que los Reyes Magos no existen: lo avalan psicólogos españoles
- 1 Que pasa en el organismo cuando vamos a dormir con el estómago vacío
Comer por la noche y el descanso presentan una relación clave para el bienestar integral de nuestro organismo. En este sentido, dormir con el estómago vacío es una práctica que despierta curiosidad y dudas, pero altamente recomendable por especialistas de la salud porque lo asocian al bienestar, la ligereza corporal y un mejor descanso. A su vez, este hábito ganó protagonismo gracias al interés creciente por el ayuno intermitente, el biohacking y la optimización del sueño. Más allá de modas o tendencias, es esencial realizar consultas médicas para conocer qué ocurre realmente en el cuerpo y en la mente cuando vamos a dormir sin haber ingerido alimentos durante varias horas.
En ese sentido, desde la psicología y la fisiología, irse a dormir con el estómago vacío no se limita únicamente a la ausencia de comida, sino que engloba una reorganización de procesos internos ligados al metabolismo, las hormonas y los ritmos biológicos. El cambio en los horarios de vida modernos, marcado por cenas tardías, uso prolongado de pantallas y jornadas laborales extensas, altera profundamente el equilibrio entre el día y la noche. Por lo tanto, instituciones médicas y expertos en longevidad coinciden en que respetar los ciclos naturales del organismo resulta clave para preservar la salud integral. En este contexto, el ayuno nocturno aparece como una herramienta sencilla que, si logra aplicarse con criterio, puede favorecer la regeneración celular, el descanso profundo y el equilibrio emocional.
Que pasa en el organismo cuando vamos a dormir con el estómago vacío
Dormir con el estómago vacío implica, en términos prácticos, dejar pasar al menos tres horas entre la última comida y el momento de acostarse. El psicólogo y biohacker Marcos Apud, especialista en bienestar y longevidad, explicó a La Nación que este intervalo de tiempo permite que el cuerpo entre en un modo de reparación profunda durante el sueño.
«Respetar el ciclo circadiano, es decir, el reloj interno que regula sueño, vigilia y metabolismo, mejora no solo la calidad del descanso, sino también la energía con la que despertamos», menciona Apud.
Desde esta perspectiva, cenar temprano y evitar estímulos artificiales como la luz azul de las pantallas envía al organismo una señal clara de que el día terminó. Dormir en sintonía con el ciclo natural facilita despertares más espontáneos y una mayor sensación de vitalidad.
Dormir con el estómago vacío mejora la regulación hormonal
Uno de los beneficios más destacados de dormir con el estómago vacío es su impacto sobre la hormona del crecimiento. El Hospital Universitario Yeditepe señala que comer temprano favorece la liberación normal de esta hormona, fundamental para la regeneración de tejidos, el fortalecimiento óseo y el mantenimiento de la masa muscular.
Además, interviene en la regulación del metabolismo de la glucosa, reduciendo el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. «Durante el ayuno nocturno también se activa la autofagia, un proceso mediante el cual el cuerpo elimina células dañadas y recicla componentes celulares», mencionan los expertos.
Este mecanismo, a su vez, se asocia con un envejecimiento más saludable y con una mayor capacidad de mantenimiento interno del organismo.
Los beneficios del ayuno nocturno en el sistema inmunitario
El descanso digestivo que se produce al dormir con el estómago vacío permite que el sistema inmunitario funcione con mayor eficiencia. Especialistas del Hospital Universitario Yeditepe destacan que durante la noche se renuevan los linfocitos T, células clave en la defensa frente a infecciones y enfermedades autoinmunes.
«Cuando el aparato digestivo no está sobrecargado, el cuerpo puede destinar más recursos a los procesos de defensa y reparación», destacan. Por lo tanto, desde la psicología de la salud, se observa que las personas que descansan mejor suelen presentar menores niveles de estrés crónico, lo que a su vez fortalece la respuesta inmunológica.
La sensibilidad a la insulina mejora cuando sea ayuna por la noche
Comer tarde por la noche favorece aumentos de insulina en momentos en los que el cuerpo debería estar en reposo metabólico. Así, limitar la ingesta nocturna mejora la sensibilidad de las células a esta hormona y reduce la inflamación sistémica.
Según especialistas, este hábito se relaciona con un menor riesgo de obesidad, resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, el organismo utiliza las reservas de glucógeno y grasa como fuente de energía.
«Este proceso contribuye al control del peso y a la reducción de la grasa abdominal, considerada uno de los principales factores de riesgo en enfermedades crónicas», mencionan desde el Hospital Universitario Yeditepe.
Recomendaciones para un ayuno nocturno saludable
Desde plataformas especializadas como Within Nutrition, subrayan la importancia de la constancia. Es clave establecer horarios regulares, por ejemplo, cenar a las 19 y desayunar a las 7, para ayudar a regular el reloj interno y maximizar los beneficios del ayuno nocturno.
«La hidratación también es clave: agua e infusiones sin azúcar acompañan los procesos naturales del cuerpo sin interrumpir el ayuno», aconsejan los expertos.






