Contenido
- 0.1 Si siempre llegas tarde cuando quedas con alguien esto es lo que dice la psicología sobre ti
- 0.2 Si hablas con tu perro como si fuera un humano, la psicología tiene algo importante que decir sobre ti
- 0.3 La frase que sirve para expresar cualquier opinión sin molestar a nadie: los psicólogos dicen que funciona siempre
- 1 ¿Por qué nos llevamos el teléfono al baño?
En la era de los móviles se han modificado hábitos cotidianos que antes se realizaban de manera más simple. Uno de ellos es ir al baño con el teléfono y utilizar ese tiempo para revisar redes sociales, responder correos electrónicos o incluso jugar. Instituciones y especialistas mencionan que este gesto que parece un simple momento de distracción puede tener consecuencias directas para nuestra salud. Los profesionales advierten que prolongar el tiempo que permanecemos sentados en el inodoro incrementa la presión en la zona rectal y favorece la inflamación de las venas hemorroidales.
El uso del móvil en el baño se convierte en un problema porque aumenta el tiempo que permanecemos sentados en esa postura. De esa manera, lo que en un principio es una necesidad fisiológica de pocos minutos se vuelve una situación más extensa y un posible factor de riesgo para la salud. Las hemorroides son dilataciones venosas en la región anal que pueden ocasionar molestias como sangrado, dolor, picazón o sensación de pesadez. Si bien su aparición puede deberse a múltiples factores como el estreñimiento, una dieta baja en fibra, el sedentarismo, la obesidad o un embarazo, permanecer sentado durante un tiempo excesivo en el inodoro es una condición que incrementa la probabilidad de padecer hemorroides. Así lo ve la Organización Mundial de la Salud (OMS): «sentarse demasiado tiempo en esta posición aumenta la presión intraabdominal y la acumulación de sangre en las venas rectales». A su vez, mencionan que el uso del móvil amplifica este riesgo porque convierte la acción de evacuar en un acto prolongado y pasivo. «Un hábito que debería durar pocos minutos puede extenderse a un cuarto de hora o más, lo que incrementa no solo la probabilidad de hemorroides, sino también de complicaciones como fisuras anales y problemas circulatorios en las extremidades inferiores», advierten.
¿Por qué nos llevamos el teléfono al baño?
El problema de llevar el teléfono al baño no se debe centrar en el dispositivo, sino en el tiempo extra que genera para realizar nuestras necesidades fisiológicas. Como consecuencia, al mirar mensajes, ver un video o navegar por redes sociales se prolonga la estancia en el inodoro de forma inconsciente.
Según expertos del Beth Israel Deaconess Medical Center, los adultos que utilizan el móvil en el baño tienen un 46% más de probabilidades de desarrollar hemorroides en comparación con quienes no lo hacen.
«Durante ese lapso adicional, los músculos y vasos sanguíneos de la zona anal se mantienen sometidos a presión constante, lo cual eleva el riesgo de inflamación y congestión», explican. El médico gastroenterólogo Chethan Ramprasad señala que el riesgo no proviene del dispositivo en sí, sino de la duración prolongada que facilita su uso.
¿Cuáles la relación entre la postura al mirar el teléfono y la presión rectal?
La postura adopta un papel clave en el hábito de sentarse un tiempo prolongado utilizando el móvil. En este sentido, Ramprasad comenta que sentarse en un inodoro no es lo mismo que sentarse en una silla convencional porque el ángulo que adopta el cuerpo genera una presión adicional en la zona rectal, que se intensifica a medida que pasa el tiempo.
El Ministerio de Sanidad de España advierte que esta postura puede afectar tanto a personas jóvenes como a adultos mayores, incluso sin antecedentes de hemorroides. «Permanecer demasiado tiempo sentado en esa posición incrementa la congestión venosa y puede precipitar la aparición de la dolencia en individuos previamente sanos», según las autoridades de la institución sanitaria.
¿Qué otras consecuencias se derivan de utilizar el teléfono en el baño?
Si bien las hemorroides son la consecuencia más frecuente de este hábito, existen más riesgos para tu salud que debes conocer para prevenirlos. Entre las complicaciones más frecuentes que se ocasionan por pasar largos periodos en el baño están la menor irrigación sanguínea y problemas de circulación en las piernas, hormigueo en los miembros inferiores e incluso mareos en personas sensibles.
Además, las distracciones que produce el uso del móvil pueden ocasionar que realicemos malas posturas y manejo de la fuerza al evacuar, derivando en pequeñas fisuras anales muy dolorosas y difíciles de tratar.
En algunos casos más severos se presentan problemas en el suelo pélvico porque el ángulo de la postura en el inodoro no da el mismo soporte que una superficie de asiento normal.
Las recomendaciones para evitar riesgos físicos
La solución a este problema se encuentra en modificar los hábitos de uso del teléfono y no llevarlo al baño. Los especialistas sugieren limitar el tiempo en el inodoro a un máximo de cinco minutos.
Además, recomiendan una rutina intestinal regular, incrementar el consumo de fibra en la dieta y mantenerse hidratado para evitar el estreñimiento, que es uno de los principales factores de riesgo.
El gastroenterólogo Chethan Ramprasad sugiere que, en caso de presentar síntomas como sangrado, dolor persistente o picazón intensa, es fundamental consultar con un profesional de la salud para recibir diagnóstico y tratamiento oportuno.