Contenido
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- 1 Las características más comunes de las personas se muerdan las uñas
Cada persona es un mundo: algunas son tranquilas, otras impulsivas; unas enfrentan el estrés con serenidad, otras lo canalizan a través de gestos repetitivos. En esta diversidad de personalidades y comportamientos, ciertos hábitos como que una persona se muerda las uñas, también conocido como onicofagia, pueden parecer pequeños detalles sin importancia, pero en realidad dicen mucho sobre el estado emocional y psicológico de quien los presenta.
Las personas que se muerden las uñas suelen compartir ciertos rasgos comunes, aunque no hay un perfil único. De Salud Psicólogos explica que «habitualmente, detrás de la onicofagia o comerse las uñas, existe un problema de ansiedad, nerviosismo o inseguridad. Podría suponer una válvula de escape frente a dificultades o situaciones traumáticas». Comerse las uñas, común en niños, adolescentes e incluso adultos, se manifiesta por distintas razones y en diferentes contextos. Este hábito también se asocia con individuos perfeccionistas o que experimentan altos niveles de estrés. Además, puede aparecer en personas tímidas, quienes encuentran en este gesto una vía para descargar tensión interna. Sin embargo, no siempre se trata de ansiedad: en algunos casos, este gesto se vuelve una costumbre automática, repetitiva, que ocurre en momentos de aburrimiento, concentración o incluso placer inconsciente. Aunque a simple vista puede parecer un gesto sin importancia, en realidad puede estar revelando estados emocionales más profundos y características específicas de la personalidad.
Las características más comunes de las personas se muerdan las uñas
- Ansiosas: tienden a preocuparse con facilidad y necesitan descargar esa tensión de forma física.
- Impacientes: se aburren con facilidad o no toleran bien la espera.
- Perfeccionistas: buscan el control y sienten frustración cuando las cosas no salen como desean.
- Tímidas e introvertidas: pueden usar este hábito como forma de autorregulación emocional.
- Baja autoestima: suelen tener una autopercepción negativa.
- Emocionalmente sensibles: experimentan emociones intensas y necesitan canalizarlas.
- Personas con comportamientos repetitivos: tienen otros hábitos como mover el pie, morder lápices, etc.
- Sufrir algún trastorno de ansiedad o TOC: en algunos casos, puede formar parte de un cuadro clínico más amplio.
Los significados de comerse las uñas
Forma inconsciente de calmar la ansiedad
Muchas personas no se dan cuenta de que se muerden las uñas hasta que ya lo están haciendo. En estos casos, se trata de una conducta inconsciente que cumple una función tranquilizadora. El movimiento repetitivo genera una sensación de consuelo.
Mecanismo de defensa contra el estrés
Morderse las uñas puede funcionar como una respuesta automática del cuerpo ante el estrés. Cuando la mente se siente abrumada, el cerebro busca formas de liberar tensión, y este hábito proporciona una sensación momentánea de alivio. Es una manera de “descargar” energía emocional contenida sin necesidad de verbalizarla.
Necesidad de control
En momentos en que todo parece fuera de control, algunas personas recurren a conductas repetitivas como una forma de recuperar una sensación de dominio.
Aunque morderse las uñas no cambia la realidad externa, puede ofrecer una falsa sensación de control sobre el propio cuerpo, lo que resulta tranquilizador. Pero al final el problema no desaparece.
Sensación de frustración o impotencia
Este hábito puede aparecer cuando la persona se siente frustrada o incapaz de resolver una situación. Morderse las uñas actúa como una forma de liberar esa tensión acumulada, especialmente cuando no encuentra otra vía de expresión emocional. Es común en personas que se exigen mucho a sí mismas y se frustran fácilmente.
Estrategia para poder controlar emociones reprimidas
Algunas personas no expresan abiertamente sus emociones, ya sea por educación, entorno o personalidad. Como resultado, el cuerpo busca una vía de escape, y una de ellas puede ser este tipo de comportamiento repetitivo.
La onicofagia puede ser una forma simbólica de “morderse por dentro” ante emociones no expresadas, como la ira o la tristeza. Es decir, no solventará el problema, es un simple parche.
Las consecuencias de morderse las uñas
- Daño a las uñas y manos: se deforman, se debilitan y pueden dejar de crecer correctamente.
- Infecciones: el contacto constante con la boca y la piel puede generar infecciones bacterianas o fúngicas.
- Problemas dentales: dientes desgastados o mal alineados por el roce constante.
- Dolor y sangrado: al dañar la cutícula y la piel que rodea la uña.
- Trastornos digestivos: por ingerir bacterias o suciedad presentes en las uñas.
- Vergüenza o baja autoestima: por el aspecto estético de las manos.
Problemas bucales
La salud bucal también se ve afectada al morderse las uñas. La Clìnica Dental Alberto Barreiro afirma que el hábito de morderse las uñas puede causar desgastes en los dientes, además de problemas en las mandíbulas, riesgo de sufrir infecciones, e incluso, halitosis.
Consejos para evitar morderse las uñas
- Mantener las manos ocupadas: jugar con una pelota antiestrés o escribir.
- Identificar los momentos clave: detectar cuándo y por qué ocurre el hábito.
- Usar esmaltes amargos: desalientan el hábito por su mal sabor.
- Mantener las uñas cortas y bien cuidadas: esto es básico para una mejor higiene.
- Aplicar uñas postizas: funcionan como barrera física. Puede parecer una buena idea pero no acaben de solucionar el problema que puede haber de fondo.
- Practicar técnicas de relajación: respiración profunda, mindfulness, yoga.
- Buscar apoyo psicológico: en caso de que el hábito esté muy arraigado. Es la mejor manera de dejar de lado estos malos hábitos y que nuestras uñas, pieles, cutículas y dedos en general estén cada vez peor.
Recomendaciones generales para tener en cuenta
- Hablar con alguien de confianza: a veces, compartir la preocupación es el primer paso para avanzar. Y dejaremos de modernos las uñas.
- Evita situaciones de alto estrés cuando sea posible, o prepara estrategias para enfrentarlas.
- Mantén una rutina saludable: dormir bien, comer sano y hacer ejercicio ayudan a regular las emociones.
- No te castigues ni te culpes: es un hábito común, que le pasa a mucha gente, la idea es superarlo y esto puede ser a través del tiempo.
- Establece un control de progreso: anota los días en que no te muerdes las uñas. Y lo puedes hasta celebrar.
- Sé constante y paciente: cambiar un hábito lleva tiempo, pero es totalmente posible.
- Buscar ayuda profesional si es necesario: un psicólogo puede ayudarte a entender qué pasa, que problema hay de fondo, y a establecer un tratamiento del hábito desde su raíz emocional.