Contenido
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- 1 Las palabras a usar si tienes inteligencia emocional superior al resto
Pedir perdón forma parte de la educación y de la convivencia, pero en los últimos años psicólogos, expertos en comunicación y liderazgo han advertido de un hábito cada vez más extendido: disculparse por situaciones que no lo requieren. Llegar unos minutos tarde, pedir ayuda, expresar una opinión o mostrar emociones son comportamientos cotidianos que, sin embargo, muchas personas acompañan automáticamente de un “lo siento”. Este patrón lingüístico, aparentemente educado, puede tener efectos contraproducentes en la imagen personal y profesional de quien lo utiliza de forma reiterada. Ahora decir otras palabras demuestra que tienes más inteligencia emocional superior.
La idea de sustituir ciertas disculpas por expresiones de agradecimiento ha sido atribuida en numerosas ocasiones a Steve Jobs y hoy cuenta con respaldo científico. Expertos formados en instituciones como la Universidad de San Andrés explican que el lenguaje moldea la percepción que los demás tienen de nosotros y también la que tenemos de nosotros mismos. Cambiar el “lo siento” por “gracias” no es una cuestión de cortesía superficial, sino una estrategia de comunicación que transmite seguridad, respeto y reconocimiento mutuo sin rebajar la propia credibilidad.
Las palabras a usar si tienes inteligencia emocional superior al resto
Por qué nos disculpamos cuando no es necesario
El Instituto Barcelona Psicología da a conocer que lo que comunicamos con nuestra expresión facial, nuestra mirada, gestos y tono de voz es tan o más importante que las palabras que utilicemos.
Disculparse de forma excesiva suele estar relacionado con el deseo de agradar, evitar conflictos o buscar aprobación externa. Muchas personas han interiorizado que pedir perdón suaviza cualquier interacción y reduce el riesgo de incomodar al otro. Sin embargo, desde la psicología social se advierte de que este comportamiento puede proyectar inseguridad, falta de convicción y una imagen de escasa autoridad personal.
Según estudios sobre comunicación interpersonal, disculparse sin motivo real puede hacer que los demás cuestionen la validez de nuestras opiniones o capacidades. Además, banaliza el valor de una disculpa auténtica, que debería reservarse para situaciones en las que realmente se ha causado un perjuicio. Cuando todo va acompañado de un “lo siento”, el mensaje pierde fuerza y credibilidad.
El impacto del lenguaje en la reputación personal
El lenguaje no sólo transmite información, también construye reputación. Investigaciones en el ámbito del liderazgo y la psicología organizacional, como las citadas, muestran que las personas que se disculpan en exceso tienden a ser percibidas como menos seguras de sí mismas, incluso cuando son competentes. Esta percepción puede afectar tanto a relaciones laborales como personales.
Expresar agradecimiento, en cambio, genera una impresión más positiva y se relaciona con una inteligencia emocional superior al resto.
Agradecer reconoce al otro sin restar valor a uno mismo. Desde esta perspectiva, cambiar ciertas disculpas por gratitud permite mantener una comunicación respetuosa y, al mismo tiempo, proyectar confianza y madurez emocional.
Pedir ayuda sin sentir culpa
Frases como “siento que tengas que ayudarme tanto” transmiten la idea de que solicitar apoyo es una carga. Este mensaje implícito puede incomodar a la otra persona y reducir su disposición a colaborar en el futuro. Además, refuerza la creencia interna de que pedir ayuda es algo negativo.
Una alternativa más eficaz es agradecer directamente el tiempo y el esfuerzo del otro. Expresiones como “agradezco que te tomes el tiempo para darme tu opinión” ponen el foco en el valor de la colaboración y fortalecen el vínculo, sin generar culpa ni incomodidad innecesaria.
Hablar y expresarse sin pedir perdón
Disculparse por hablar “demasiado” o por ocupar espacio en una conversación resta peso al mensaje. Desde la comunicación efectiva se recomienda sustituir estas disculpas por agradecimientos que reconozcan la escucha del interlocutor y se muestra inteligencia emocional superior al resto. Así, decir “gracias por escucharme” valida el tiempo del otro sin deslegitimar la propia intervención.
Este cambio es especialmente relevante en contextos profesionales, donde la visibilidad y la claridad al expresarse son fundamentales. Agradecer la atención refuerza la confianza y transmite respeto mutuo.
Emociones sin disculpas
Pedir perdón por mostrar emociones, como decir “lo siento si estoy siendo demasiado emocional”, puede crear un entorno restrictivo y poco saludable. La psicología emocional subraya que las emociones son una parte legítima de la comunicación humana y no deben ocultarse ni minimizarse.
Agradecer la comprensión o la paciencia del otro, en lugar de disculparse por sentir, valida tanto la propia experiencia emocional como la actitud empática del interlocutor. Este enfoque favorece relaciones más auténticas y equilibradas, y es lo que suele caracterizar a aquellas personas con inteligencia emocional superior al resto.
Retrasos y pequeños errores cotidianos
Cuando un retraso no ha causado un perjuicio real, disculparse de forma automática enfatiza lo negativo. Expresiones como “gracias por tu paciencia” transmiten respeto por el tiempo ajeno sin proyectar una imagen de desorganización constante. Lo mismo ocurre con los pequeños errores: disculparse reiteradamente puede sugerir incompetencia.
Agradecer la orientación, la ayuda o la comprensión convierte el error en una oportunidad de aprendizaje y refuerza una dinámica constructiva. Este enfoque es ampliamente recomendado en entornos laborales y educativos.
Un cambio respaldado por la ciencia
Expertos en comunicación formados en la Universidad de San Andrés, así como investigaciones divulgadas por la Universitat Autònoma de Barcelona, coinciden en que el lenguaje influye directamente en la percepción social y en la autoestima. Sustituir disculpas innecesarias por agradecimiento mejora la comunicación, fortalece la imagen personal y fomenta relaciones más equilibradas. De la misma que Steve Jobs, esto pasa en aquellos que tienen inteligencia emocional superior al resto.
Lejos de ser una moda, este cambio lingüístico responde a una comprensión más profunda de cómo las palabras modelan nuestras interacciones. Decir “gracias” en lugar de “lo siento” no elimina la educación ni la empatía, sino que las expresa desde un lugar de seguridad y respeto mutuo.
Además, algo tan simple como recibir un “gracias” puede mejorar el estado de ánimo y contribuir a una experiencia de conducción más positiva. Por lo tanto, entender las causas de este comportamiento y no tomarlas siempre como un ataque personal es clave para enfrentar el conflicto con inteligencia emocional y preservar relaciones sanas.








