Ser padres permisivos puede parecer inofensivo, puede tener algunas ventajas pero puede generar algunos problemas en el desarrollo de los hijos. El equilibrio es clave y ser demasiado estricto o muy condescendiente puede afectar a vuestra relación. Los expertos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria señalan que «los niños necesitan normas y límites para crecer felices y sanos». Por otra parte, recalcan que estos deben «saber diferenciar lo que está bien de lo que está mal para que maduren responsablemente y sean capaces de tomar sus propias decisiones».
Hay varias características que te ayudarán a identificar si estás siendo demasiado flexible con la crianza de tus hijos. Descubre cuáles son y cómo puedes comenzar a mejorarlos.
1. Omites las rutinas
Algunos padres piensan que si imponen rutinas a sus hijos están coartando su libertad. No obstante, los niños tienen que tener un esquema organizado respecto a sus horas de sueño, de comida, de juego, de estudio, etc.
Un artículo de la Universidad Estatal de Michigan señala los efectos secundarios de este estilo de crianza entre los que se encuentran los siguientes: no se les exige responsabilidad a los hijos ni buenos modales, tienen demasiada libertad para decidir sus actividades y toman sus propias decisiones sin la intervención de sus padres, entre otros.
2. No impones límites
Muchas personas creen que lo correcto es dejar que los niños hagan lo que quieran sin necesidad de establecer restricciones. Sin embargo, los hijos necesitan una figura de autoridad que les oriente sobre qué es lo bueno y lo malo y que tengan consciencia de la responsabilidad.
3. Cedes a todos los caprichos y presiones
Los padres permisivos ceden a todos los chantajes de sus hijos. Muchos se creen que la manera de demostrarles que los quieres es darle todo lo que pidan. Esto puede fomentar una personalidad interesada y antojadiza. Cuando no les das lo que desean, pueden tener malas conductas e intentar manipularte.
Educar a tus hijos en la cultura del trabajo y del esfuerzo les ayudará a ser más felices con lo que tienen y a no compararse con otras personas. Ejercer autoridad con valores positivos harán que los niños aprendan a madurar y a conocer el sentido de la responsabilidad.
4. Toleras las malas conductas
No hay que permitir las malas conductas aunque sea una rabieta descontrolada. Hay que educarlos e inculcarles una disciplina con unos valores sanos y maduros. Si les dejas pasar cualquier comportamiento, creerán que todo está permitido. La tolerancia excesiva creará a personas sin control emocional, impulsivas e inmaduras.
5. Eres su mejor amigo
Es importante marcar unos límites entre padres y mejores amigos. Los niños necesitan una figura de autoridad a la que respeten, no a un amigo despreocupado que le permita hacer cualquier cosa. Es aconsejable evitar contar tus problemas a tus hijos hasta que alcancen la suficiente madurez para tener ciertas conversaciones de adultos.
6. Elogias a tus hijos en exceso
Está bien elogiar a tus hijos y hacerlos sentir valorados, pero sin exagerar porque podría derivar en personalidades egocéntricas. Está bien enseñarles que nadie es perfecto y que todos nos podemos equivocar. Todas las personas tienen virtudes y defectos y hay que aceptarlos.
Estas son algunas características que comparten los padres permisivos. ¿Y tú, qué tipo de padre eres?