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A medida que envejecemos, mantenerse activo se convierte en una necesidad para conservar la autonomía, la fuerza y la salud cardiovascular. Pero no todas las disciplinas son adecuadas, especialmente cuando se trata de proteger las articulaciones, que con los años tienden a resentirse.
Para quienes han superado los 66 años, existe un deporte que las fortalece y las alivia. Esta práctica representa una de las alternativas más eficaces para envejecer con una gran calidad de vida.
El mejor deporte para fortalecer articulaciones en mayores de 66 años
La natación es el deporte ideal para las personas mayores. Según la Fundación Española del Corazón, al realizarse en un entorno acuático, el cuerpo se beneficia de la flotación, lo que disminuye el impacto sobre las articulaciones y facilita movimientos que en tierra resultarían más dolorosos.
Los efectos positivos de nadar son numerosos: mejora la movilidad, incrementa la flexibilidad, tonifica los músculos y reduce la rigidez articular. Además, favorece la postura corporal y actúa como un analgésico natural ante dolencias comunes como la artrosis o el dolor lumbar.
A diferencia del ciclismo, que puede provocar sobrecarga en rodillas o caderas, o el tenis, que implica movimientos explosivos, la natación ofrece un entorno controlado y sin sobresaltos para las articulaciones.
Desde el punto de vista cardiovascular, sus beneficios también son notables. Esta disciplina ayuda a regular la tensión arterial, mejora la oxigenación del organismo y disminuye el riesgo de enfermedades coronarias, siendo perfecto para personas con factores de riesgo asociados a la edad.
Natación segura para personas mayores: recomendaciones clave
Para que la natación sea realmente beneficiosa, es importante seguir ciertas recomendaciones. Los especialistas aconsejan comenzar con sesiones de entre 30 y 45 minutos, dos o tres veces por semana, priorizando la constancia sobre la intensidad.
En personas mayores, la progresión debe ser gradual y supervisada, sobre todo si no existe experiencia previa en el agua. Practicar en piscinas climatizadas ayuda a evitar contrastes bruscos de temperatura que puedan desencadenar contracturas o molestias.
También se recomienda usar accesorios como las tablas, que facilitan el ejercicio y proporcionan seguridad. Contar con la orientación de monitores especializados puede marcar la diferencia.
Otros ejercicios acuáticos para fortalecer las articulaciones sin riesgo
Para quienes aún no se sienten cómodos nadando, existen ejercicios en el agua que ofrecen beneficios similares. Caminar dentro de la piscina, hacer movimientos de brazos y piernas o realizar estiramientos suaves en el agua son otras opciones accesibles.
Estos ejercicios mejoran el equilibrio, reducen el riesgo de caídas y, al ser realizados en un medio sin impacto, cuidan las articulaciones de forma progresiva.
En definitiva, la natación se consolida como una de las mejores decisiones para quienes desean mantenerse activos después de los 66 sin sacrificar sus articulaciones. Su bajo impacto, unido a los beneficios musculares, cardiovasculares y emocionales, hacen de este deporte una opción fantástica para un envejecimiento saludable.
Sumar esta disciplina a la rutina semanal mejora la salud física y mental. Es un deporte sencillo de practicar que cuenta con grandes beneficios. Y tú, ¿realizar con frecuencia alguna actividad física?