Este es el único lugar del mundo donde los gatos están prohibidos

Los gatos son una de las mascotas más populares del mundo. En base a los datos ofrecidos por Ecology Global Network, existen alrededor de 600 millones de gatos a nivel global, incluyendo los domésticos, los callejeros y los que viven en refugios. Ahora bien, existe una ciudad en el mundo donde los gatos están terminantemente prohibidos. ¡Y no sólo eso! Los habitantes tampoco tienen permitido morirse aquí.

Así es la ciudad donde los gatos están prohibidos

Svalbard es un archipiélago ubicado en el océano Glacial Ártico que forma parte de Noruega. Consiste en un grupo de islas, tres de las cuales están habitadas. La ciudad más grande es Longyearbyen, situada en la isla de Spitsbergen, cuya población asciende a 2.075 habitantes.

El hielo ocupa el 60% de su superficie y durante cuatro meses al año no sale el sol, así que es siempre de noche. Un lugar muy hostil, donde las condiciones son extremas, con temperaturas de hasta 40 grados bajo cero en invierno.

Cada año, el sol se pone el 25 de octubre y no vuelve a salir hasta el 8 de marzo. Cuatro meses de completa oscuridad en los que los osos polares representan un gran peligro para la población. Por esta razón, los habitantes están obligados a llevar un fusil de alta potencia cada vez que salen de casa.

Como curiosidades, cabe señalar que está prohibido morir en Londyearbyen desde mediados del siglo XX por una razón muy sencilla: los cuerpos no se descomponen en el cementerio debido a las bajas temperaturas. En la isla tampoco hay hospitales, así que las mujeres, unas semanas antes de la fecha prevista de parto, deben viajar a la península noruega para recibir atención médica.

Pero, ¿cuál es la razón por la que los gatos están prohibidos? En Svalbard viven muchas aves del Ártico, para las cuales los gatos suponen una gran amenaza.

A pesar de sus leyes, que resultan de lo más curiosas, Longyearbenyen alberga el Banco Mundial de Semillas desde el año 2008. Un búnker construido a 130 metros de profundidad que alberga 800.000 semillas de todo el mundo, algunas ya extintas. Son la única barrera que existe para salvar la raza humana si se produjera un accidente nuclear o un desastre medioambiental.

En 2018, un pueblo de Nueva Zelanda también quiso prohibir los gatos, pero la medida no salió adelante. El objetivo no era otro que proteger la fauna nativa ya que algunos ambientalistas consideraban que los gatos eran los responsables de la muerte de numerosas aves y mamíferos.