Gastronomía

De Navalcarnero a Brunete

De vinos con Miguel Abellán: “El del vino es un mundo que jamás deja de sorprender”

Hablar de Navalcarnero es hablar de vinos. Históricamente ha sido una de las actividades más importantes para este municipio madrileño, ubicado a menos de media hora de la capital, tanto que, dicen, se podría recorrer el centro histórico pasando de cueva en cueva. Algunas, por suerte, están perfectamente conservadas y mantienen esa atmósfera propia de un lugar donde el vino encontraba su descanso. Tranquilo, durmiendo en grandes tinajas.

Hoy lo hace en depósitos de acero o barricas de roble pero, bajo tierra, el recuerdo sigue intacto. Así lo hemos podido comprobar en las Bodegas Muñoz Martín, donde innovación e historia se dan la mano. Conservan y abren al público sus cuevas del 1700 mientras pueden presumir de ser los primeros de la Denominación de Origen en incorporar depósitos de acero para la fermentación del vino. Una bodega familiar que está dando relevo a su quinta generación y de la que se tiene constancia de actividad, al menos, desde 1932.

Rosa Benito y José Carlos Muñoz en una de las fincas de la Bodega Muñoz Martín / Gtres

“Me he criado entre vinos”, nos cuenta Rosa Benito, hija y mujer de bodeguero, quien nos acompaña por las instalaciones y nos enseña cómo, en silencio, se escucha el vino fermentar en la sala depósitos, mientras nos cuenta el último proyecto en el que se han involucrado: “Se llama Pecado Original y es un vino que hacemos con unos jóvenes que sitúan referencias en tabernas de Madrid. Está teniendo muy buena acogida”.

De vinos con Miguel Abellán

Precisamente este coupage de garnacha y negral, con seis meses en barrica, es el primero de los vinos que descorchamos junto a Miguel Abellán. El torero no solo fijó su residencia definitiva en Navalcarnero hace 12 años, sino que, además, es un gran amante de los vinos. “Mi relación con el vino viene desde que empiezo a torear por toda la geografía española, hace ya 20 años, porque, al final, el mundo del toro, del vino, del campo, está muy vinculado. Muchos de los ganaderos de los que tengo la suerte de ser amigo también se dedican a la crianza del vino”, cuenta Miguel, quien confiesa ser un gran comensal y disfrutar de la mesa, especialmente si es en compañía de una buena copa.

El torero Miguel Abellán en las cuevas de la Bodega Muñoz Martín / Gtres

“No sé si soy buen conocedor del vino pero, más allá de ser o no un gran catador, creo que el vino es algo para disfrutar por el puro placer al paladar, por el momento”, mantiene Miguel, mientas oxigena su copa con suaves balanceos. “Bien es cierto que la curiosidad te lleva a querer conocer más y eso hace que la experiencia sea aún más rica. Es un mundo sin fin, del que nunca terminas de aprender y que siempre sorprende. Viajar y probar hace que vayas intuyendo mejor que vino le va a cada momento”.

Hablando de momentos, le preguntamos por aquel al que le lleva este Pecado Original: “Es un vino con sabores afrutados, suave y fácil de beber, que acompañaría muy bien un mañaneo, un aperitivo con amigos y unas tapas, por ejemplo”. Aperitivo que bien podría ser en su casa o en un bar de Madrid, pues se confiesa casero pero también “muy de salir”: “La mayoría de mis amigos son de Madrid, me encanta ir, quedar a cenar, pero mi casa siempre está llena porque también me gusta invitar, ser anfitrión, hacer barbacoas… Como paso mucho tiempo fuera, cuando estoy me gusta disfrutar de mi casa”.

Cercano y con cierto punto hedonista, cómplice con aquellos que disfrutan de un vino a solas tanto como en compañía, nos cuenta que también le gusta mucho cocinar y que, como con el vino, “cuanto más vas conociendo y más vas practicando, más engancha”. Nos habla orgulloso de un salmón con salsa de aguacate y mango que había preparado la noche anterior -–“me abrí una botella de vino ¡y pasé 4 horas cocinando!”- y bromeamos sobre la posibilidad de que pase por los fogones de MasterChef, mientras descorchamos un Sedro Negral y un Sedro Cepas Viejas.

Catamos y conversamos sobre la vida, el placer y los vinos / Gtres

¿Dónde nos llevan esta vez? “Estos son vinos con mucho más cuerpo, rotundos, con fuerza, para una comida distendida, sin prisa, celebrando un triunfo o cerrando un buen negocio. Me llevan al norte, a una tarde de comida copiosa, con sobremesa pausada. Son vinos para tomarlos con paciencia, a sorbos pequeños llenos de intensidad”.

El Cepas Viejas es el favorito del bodeguero, José Carlos Muñoz, y Rosa defiende con alma el Negral: “Se trata de una variedad que se ha utilizado toda la vida. Se plantaba con la garnacha  para mezclarlas en vendimia, ya que es una variedad que aporta potencia y color. De ahí el nombre por el que se la conoce, garnacha tintorera”. “Hemos apostado por la negral porque nos parecía interesante. Las últimas viñas las hemos plantado de esta variedad. Ofrece un vino con cuerpo, con personalidad, y está teniendo muy buena acogida. Estamos muy contentos”, cuenta Rosa entusiasmada.

[LEER: Descubre los vinos de Madrid y sus rutas enoturísticas]

Nos entretenemos con la capacidad que tienen los vinos de hacerte viajar, porque, como apunta el torero, “son emociones sensoriales y con un olor es posible ir a otro lugar sin necesidad de verlo”. Y nos despedimos de este encuentro, sorbo a sorbo, hablando de brindis pendientes, de su querido Atleti y de las sensaciones que le ha dejado su nuevo estadio: “El Wanda Metropolitano no es el Calderón, ese ‘sabor’ no lo tiene todavía, pero hay que darle tiempo, dejarlo oxigenar como al vino”.

Navalcarnero más allá de los vinos

Conocer la bodega Muñoz Martín y comprar algunas referencias de esta subzona de la Denominación de Origen Vinos de Madrid es una excusa más que suficiente para escaparse a Navalcarnero. Sin embargo, la localidad cuenta otros reclamos igual de atractivos que te harán disfrutar de una experiencia completa.

No puedes pasar por alto su Plaza de Segovia, donde los locales se dan cita para el aperitivo de fin de semana, como tampoco dejar de visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que cuenta con uno de los retablos más bellos de la zona.

La Plaza de Segovia y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Navalcarnero / Gtres

Detenerse en la réplica de la portada de La Casa de la Cadena, al lado del ayuntamiento, que simboliza el lugar que albergó la boda del rey Felipe IV con su sobrina Doña Mariana de Austria, motivo por el que Navalcarnero es ‘villa real’. Un hito que se conmemora cada año con la celebración del Mercado del Siglo de Oro en la recta final del verano.

Otras fechas señaladas en las que Navalcarnero ofrece un atractivo extra son los segundos domingos del mes, cuando tiene lugar el mercado de artesanía; a finales de febrero, con la Fiesta de la Matanza; o en época de vendimia, algo que se festeja a lo grande como buen municipio de vinos que es.

Las Cuevas del Carnero, uno de los restaurantes más recomendables de la localidad / Gtres

Y es que no se puede olvidar el matiz viticultural ni hablando de turismo, pues Navalcarnero alberga también un Museo y Centro de Interpretación del Vino dedicado a este sector, rodeado de unos bonitos jardines, casi secretos, que fácilmente pueden pasar desapercibidos cuando uno pasea por la calle Constitución.

Qué beber, qué visitar, pero también, dónde comer. Recomendable es el restaurante las Cuevas del Carnero, donde puedes -bajo reserva- disfrutar de un estupendo asado en pasadizos subterráneos; Pintxaki, para un picoteo más informal con cierto punto creativo; o Las Cuevas del Tío Juanón, con su cocina castellana de siempre y gran atención a los productos de temporada.

 De Navalcarnero a Brunete

¿Ganas de puchero? Entonces nos vamos a Brunete, localidad estrechamente relacionada con el garbanzo madrileño, protagonista del plato más popular de la gastronomía de la región: el cocido. “Brunete mira con cariño a sus orígenes e historia, a sus tradiciones, de las que es testigo su variada gastronomía, típicamente castellana, y en la que destacan productos como el garbanzo madrileño, el mejor para elaborar un buen cocido tradicional, cultivado desde tiempos ancestrales en nuestro municipio y su comarca y que tras décadas ha sido recuperado”, nos anota el propio alcalde, Borja Gutiérrez Iglesias.

Extinguida desde hace décadas, esta variedad se ha recuperado gracias a la colaboración con el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). Es de tono anaranjado, pequeño y capaz de doblar su tamaño con la cocción, donde adquiere su característica textura mantecosa. Más de mil cocidos a la semana salen de las cocinas de los restaurantes de esta localidad, donde también puedes disfrutar de otro guiso de la tierra con este ejemplar, el potaje con collejas.

Su Plaza Mayor es el epicentro del centro histórico, reconstruido en los años 40 / Prensa Brunete

Sin embargo, la gastronomía es solo una excusa más para visitar Brunete. A tan solo 30 km de la capital, se encuentra enclavado en el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama, lo que facilita un gran número de recursos naturales y posibilidades turísticas, desde rutas de senderismo a ornitología.

Además, pasear por su Plaza Mayor, Bien de Interés Cultural y una de las únicas tres plazas de estilo herreriano que existen en España, sus fuentes, la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción o la Ermita de San Sebastián.

Los aficionados al turismo bélico encontrarán en Brunete grandes atractivos / Prensa Brunete

Pero si hay algo que ha marcado la historia de Brunete, es que fue escenario de una de las principales batallas de la Guerra Civil, en julio de 1937. Un hecho que arrasó el municipio, reconstruido en los años 40 casi por completo, y que dejó una huella en forma de hasta 14 fortines. Estas estructuras defensivas se encuentran conservadas en diferentes puntos del municipio y en ellas aún podrás leer hoy nombres de soldados y fechas de contiendas.

Más información sobre Madrid y sus vinos en: Madrid Enoturismo
Telf. 691 122 462 / 91 534 85 11

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