Urdangarin y el misterio de las telas negras que tapan el centro de voluntariado
Apenas pasó una semana desde que el preso Iñaki Urdangarin comenzó a cumplir su voluntariado en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón (Madrid), cuando empezaron los cambios en el centro. Su llegada no pasó desapercibida para nadie. La presencia de reporteros gráficos y periodistas que aguardan desde entonces a las puertas del centro religioso en el que se cuida y ayuda a más de cien personas discapacitadas, es buena muestra de ello. Iñaki no es un voluntario más. Iñaki es el marido de la infanta Cristina y, por tanto, el cuñado del rey de España. Por todo ello, los cambios y la alteración del orden habitual eran casi inevitables.
El más llamativo de los cambios llegó pasados unos días. La valla del centro fue tapada de repente por una tela negra que cubre los huecos que las plantas dejan entre sí para poder ver el interior del Hogar, su patio y sus zonas comunes y, con ello también, a sus voluntarios y a sus residentes. Las alarmas señalaron ahí la primera consecuencia de la llegada de Urdangarin. ¿Un trato de favor? ¿Una medida para que actuase a sus anchas por el interior del centro?
Look ha podido conocer la respuesta que despeja toda duda. Iñaki Urdangarin no ha solicitado semejante medida de intimidad, ni tampoco nadie de su entorno institucional o familiar. La tela negra que impide la visibilidad al interior de Don Orione viene dada por la denuncia de una voluntaria que ha visto su anonimato vulnerado por la prensa que en la primera jornada cubrió la llegada de Iñaki al Hogar. En adelante, la mentada tela protegerá la identidad de los compañeros de Urdangarin que no quieren ser salir de su anonimato y que, según ha considerado el centro, están en su derecho de así solicitarlo. Pincha en la galería para ver su cambio más evidente.