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‘Speakeasy’: el antro pijo de los 90 símbolo de la redención de Íñigo Onieva

El nuevo negocio de Íñigo Onieva fue, hace años, un conocido pub de copas de la capital

Íñigo Onieva ya ha recibido el visto bueno de su suegra, Isabel Preysler

Íñigo Onieva, marqués consorte de Griñón, oye el sonido del segundero de su reloj con fuerza en la cuenta atrás a la apertura de su gran proyecto profesional dentro del negocio de la hostelería. Casa Salesas es ya una realidad. El bistro coctelería que abandera el esposo de Tamara Falcó, de la mano de José Luis López El Turronero, Manuel Campos Guallar e Iván Espinosa de los Monteros, cuenta las horas para su apertura en un curioso enclave con historia de la que pocos se han percatado.

Fachada del restaurante Casa Salesas en Madrid. (Foto: Gtres)

Las paredes del local de Íñigo encierran los secretos de un bar clandestino de los 90 (traducción de su nombre original) en el que el propio Onieva podría haber sido el rey de la noche en otra vida, como hicieron algunos famosos de la época. ¿Es ésta, su apuesta, el broche de oro a su redención? Parece que, como dijo Heráclito, Íñigo ha decidido no bañarse dos veces en el mismo río en su renacer profesional y para muestra el botón de su negocio, modificado en fondo y forma.

Tamara Falcó durante un encuentro con amigos. (Foto: Gtres)

Lo que ya es conocido como el restaurante Casa Salesas, días antes de su apertura oficial, fue en su día el famoso pub Speakeasy de Madrid. Local de referencia de las noches en la capital, este pub estuvo enmarcado en la que los jóvenes de los 90 llamaron la Ruta Platinum, que comenzaba en el Dolce y finalizaba en el Milenio donde se veía amanecer. Como aseguran hoy muchos de sus clientes de entonces, se trataba de un lugar que contribuyó a ganarse la denominación de mito «por el hecho de que las copas allí fueran especialmente baratas» y la fiesta interminable. Un desahogo económico y un sufrimiento el día después en forma de resaca, en un bar en el que se tenía que entrar con zapatos y confluían «pijos de perfil medio y clase popular» además de rostros conocidos mezclándose entre los «guiris» que copaban la barra animados por los precios del alcohol.

El edificio de Casa Salesas albergó en su día al pub Speakeasy. (Foto: Gtres)

Se podría decir que Speakeasy era, en su momento, el equivalente a las discotecas donde el marqués dio rienda suelta a su libertad personal, antes de obtener su título, generando algún que otro titular incómodo en la prensa del corazón. La doble regeneración de Íñigo llegaría así creando seriedad y compromiso sobre los cimientos de un local comercial cuyo origen enlaza con su propio pasado (ya bajo tierra).

Onieva, sin embargo, no ha sido artífice del gran cambio de la noche al día en la Calle Fernando VI número 6 ya que, tras el cierre del clandestino lugar en la primera década de los 2000, se añadió una cocina al inmueble, acogiendo a dos restaurantes que no consiguieron florecer a pesar de las dos estrellas Michelín de uno de sus chefs: El Sexto en 2015 y el Dspeak de Diego Guerrero en julio de 2019. Una mala racha de negocios que Íñigo está dispuesto a romper en este nuevo renacer.

Iñigo Onieva al frente del restaurante Casa Salesas. (Foto: Gtres)

Situado en el barrio de las Salesas, conocido ahora como el Pequeño París de Madrid, el edificio que dio vida al Speakeasy verá, en pocos días, cómo los jóvenes que hace más de dos décadas llenaban sus dos plantas ávidos de fiesta (al igual que lo hizo Íñigo hace un tiempo) se han transformado en los nuevos vecinos y clientes del marqués en este place to be. Hombres y mujeres entre la treintena y la cuarentena con profesiones ligadas a la economía y de corte liberal, testigos de la particular catarsis de Onieva. Un hombre respetable y socio del que, sin duda, será el nuevo restaurante de moda.

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