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ARISTOCRACIA

Sevilla, territorio comanche: la duquesa de Medinaceli entra en el palacio donde no se pudo casar

La presentación del libro 'Sevilla' facilitó que Victoria Hohenlohe volviera a entrar en el palacio de su familia

Allí quiso casarse, aunque, según ella, su tío no se lo permitió, ya que están enfrentados en los tribunales

También accedió al palacio Rafael Medina y su mujer, Laura Vecino, duques de Feria

  • Eduardo Verbo
  • Jefe de LOOK. Licenciado en Periodismo, se ha dedicado a los asuntos de la realeza y la aristocracia en El Mundo, Vanity Fair y ¡Hola!
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Tal y como adelantó LOOK hace unos días, uno de los grandes anfitriones de la Feria de Abril, que se celebra hasta el próximo fin de semana en Sevilla, es Paul-Maxime Koskas, propietario, junto a Cedric Reversade, de Unique Properties and Events, una agencia de viajes a medida, alquiler de espacios y organización de fiestas. El francés acaba de lanzar un precioso coffee table book llamado ‘Sevilla’, que versa sobre la ciudad y está editado por Assouline. Para celebrar el éxito que ya ha cosechado, el empresario se propuso hacer lo que mejor sabe: convocar a todos sus amigos famosos a una gran velada en el palacio de Pilatos, uno de los monumentos más bellos de la ciudad hispalense, sede de la familia ducal Medinaceli, una de las estirpes aristocráticas con mayor solera, ya que descienden de Alfonso X El Sabio.

Curiosamente, entre la multitud de invitados, se encontraba Victoria Hohenlohe-Langeburg, actual duquesa de Medinaceli, que acudió junto a su marido, Maxime Corneille, y sus primos, Rafa Medina y Laura Vecino, duques de Feria. Se da la casualidad de que la joven, de 27 años, hace tiempo que no pisaba este lugar que históricamente debería ser el lugar de su residencia oficial, como lo fue de su padre, el desaparecido Pablo Hohenlohe, o de su abuela, la legendaria Mimi Medinaceli. Sin embargo, el enfrentamiento judicial con su tío Ignacio, duque de Segorbe y el único de los hijos de Mimi con vida, debido al reparto de la herencia de su abuela han complicado la situación.

La duquesa de Medinaceli y Maxime Corneille. / Gtres

De hecho, según cuenta la propia duquesa, no pudo casarse en el palacio de Pilatos, que se puede alquilar para celebrar eventos, ya que su tío no le dio permiso. Ni tampoco en las otras propiedades de la familia, como el Hospital de Tavera de Toledo o el Pazo de Oca, en Galicia. Por ello, no le quedó más remedio que celebrar el almuerzo de su enlace, que tuvo lugar el 14 de octubre de 2023, en la finca El Salto del Cielo, ubicada en Jerez de la Frontera (Cádiz) y propiedad de los López Carrizosa, amigos de la novia. Victoria tampoco llevó la majestuosa tiara de perlas y diamantes que es uno de los grandes símbolos de esta casa.

Para su regreso a Pilatos, convertido en territorio comanche ya que entre el resto de invitadas estaban las hijas del duque de Segorbe, Victoria se vistió de novia. En realidad, lució un precioso vestido realizado con un colorido mantón de manila que llevó en la fiesta previa a su boda, organizada un día antes de su matrimonio en el palacio de Campo Real de Jerez, donde deslumbraron invitados como los Reyes de Holanda, su hija, la princesa Amalia, o Miriam de Ungría.

Rafael Medina y Laura Vecino. / GTRES

La verdadera anfitriona de la fiesta organizada en Pilatos, donde se rodó Lawrence de Arabia y donde se ponían de largo las niñas bien de la alta sociedad en sus legendarias puestas de largo ante invitados como Jackie Kennedy, fue Martine Assouline, cofundadora junto a su marido, Prosper Assouline, de la famosa editora de lujo. Martine contó para la organización con Luisa de Orleans y Bragança, una de las relaciones públicas con la mejor agenda, y contrató el catering de Alda y Terry. Para las flores, la mejor de Sevilla: Matilde y Micaela. Entre los invitados: Jaime de Marichalar y su hija Victoria Federica; Rocío Peralta; Begoña García-Vaquero y Pedro Trapote o El Juli.

Marta Ortega y Carlos Torretta, en la Feria de Sevilla. / Gtres

En estos días de Feria, uno de los puntos neurálgicos para la sociedad es la casa que los franceses Cedric Reversade y Paul-Maxime Koskas poseen en el Barrio de Santa Cruz. Allí han celebrado, eso sí, a puerta cerrada, algunos de los encuentros más distinguidos con invitados como Marta Ortega y Carlos Torretta; los aclamados interioristas Mafalda Muñoz y Gonzalo Machado, o las hermanas Peralta, que han reeditado la leyenda de su abuelo, el rejoneador Ángel Peralta, y han heredado la elegancia de su madre, Mamer Revuelta, todo un icono de la elegancia y el glamour andalusí. Los flecos y los volantes son salvoconductos temporales incluso en las guerras fratricidas. Ahí tienen a la duquesa de Medinaceli en el palacio de Pilatos.

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