Sara Carbonero vuelve a sus orígenes y ficha por Radio Marca
Una vez instalados en Madrid, la periodista ha retomado su actividad laboral
Sara Carbonero quiere dejar atrás este año 2020, tan difícil para todos, en el que ella ha seguido caminando con optimismo, pese a la adversidad. Es luchadora y regresa con fuerza para estrenar el próximo enero un espacio de radio que le devuelve a sus comienzos. La periodista ha fichado por Radio Marca y se une al programa T4, que dirige Vicente Ortega de cuatro a ocho de la tarde. Sara presentará “Que siga el baile”, un espacio que dedicará tiempo a la actualidad deportiva, la musical y asuntos de del día a día. Este miércoles será la propia sara quien invitará a los oyentes a seguirla a partir de enero.
Su vida y el deporte van unidas desde muy joven. Cursaba tercer curso de periodismo en la Facultad de Ciencias de la información Complutense de Madrid cuando entró como becaria en Radio Marca. Seis meses por delante para hacer los primeros trabajos. En ese medio se estrenó con las noticias, las ruedas de prensa, las grabaciones y los audios y es precisamente a Radio Marca donde vuelve para retomar su carrera profesional que en los dos últimos años ha dejado al ralentí, con solo alguna colaboración puntual, mientras se centraba en su recuperación. En mayo de 2019 le diagnosticaron un cáncer de ovarios, del que felizmente se está recuperando.
Aquel año, su vida dio un cambio radical. Su marido, el admirado arquero del Real Madrid Iker Casillas, sufría el 1 de mayo un infarto durante uno de sus entrenamientos en el Oporto. Cuando aún se recuperaban del shock, Sara recibió, pocos días después, la noticia de su dolencia y lo comunicaba en su perfil de Instagram. No iba a dejar de luchar. “Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha vuelto a sorprender. Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de seis letras, que todavía me cuesta escribir. Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno de ovario y ya he sido operada. Todo ha salido muy bien, afortunadamente lo hemos pillado muy a tiempo, pero todavía me quedan unos meses de lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente. Estoy tranquila y con la confianza de que todo va a salir bien. Sé que el camino será duro, pero también que tendrá un final feliz. Cuento con el apoyo de mi familia y amigos y con un gran equipo médico”. Ambos dieron prioridad a lo que de verdad importa y fueron recuperándose día a día. Su relación se fortalecía y la pareja iniciaba una etapa que dejaría atrás todo lo vivido para centrarse en el presente hasta el día de hoy.
La propia Sara, muy activa en las redes, con 2, 8 millones de seguidores, confesaba el pasado marzo como todo ha cambiado y para bien. “A mi yo de hace diez años le diría que la vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos y que si eso ocurriera tendría todo el derecho del mundo a llorar, patalear, enfadarse, sentir rabia, miedo, impotencia. A bajar. Hasta el fondo. Pero que después siempre, siempre sale el sol. Que transformará el sufrimiento en sabiduría porque, como decía Dante, el que sabe de dolor, todo lo sabe”.
Aquella becaria fue contratada finalmente por la cadena y se especializó en información deportiva. Luego dio el salto a la Ser y en 2007 a la Sexta, cadena de televisión en la que conocimos su rostro. La belleza de Sara cautivó a la audiencia. Fue ganando experiencia y popularidad. Fue en 2009 cuando entró a formar parte del equipo de informativos de deporte en Telecinco. Su carrera era ya imparable y su mundo se movía entre estadios de futbol, la liga y las canchas deportivas. Dicen que fue una apuesta entre futbolistas del Real Madrid lo que la llevó a conocer a Iker Casillas. El de Navalacruz se había fijado en ella. Su romance nos dio el beso histórico del mundial de futbol de Sudáfrica 2010. Fue el prestigioso diario The Times el que se atrevió a relacionar las primeras derrotas de la selección española en aquel mundial con la presencia de Sara en el estadio, enviada especial de Telecinco para cubrir el campeonato. Sugería que el portero andaba desconcentrado. La victoria de la selección española dejó al rotativo británico más que en evidencia por semejante afirmación. Aquella inolvidable tarde-noche en el que un victorioso Casillas atendía a los micrófonos de Telecinco fue el desmentido más contundente que se había visto hasta el momento en el mundo del futbol. España ganaba el mundial, Casillas contestaba las preguntas de la prensa y en los micrófonos de Telecinco, su chica: Sara Carbonero. Tras transmitir su emoción por el triunfo de todo el equipo y agradecer a su familia y a la afición, besó a Sara. Los telespectadores de todo el mundo enmudecieron.
Iker Casillas confiesa en el documental “Colgar las Alas” cómo fue ese beso: “yo estaba ahí solo… estábamos tranquilamente, es muy romántico y bonito, pero ahora me da vergüenza”. El admirado arquero cuenta que cuando subieron al avión que les traería de vuelta a Madrid y vieron las fotos y las imágenes que habían dado la vuelta al mundo- “pensamos que quizá se había liado un poco más de lo que pensábamos”. En España, esa gloriosa noche, todos fuimos un poco Iker y Sara, orgullosos de nuestra selección y la honrosa victoria.
La pareja afianzó su relación y en marzo de 2016, tres meses antes de nacer su segundo hijo, se casaba ante un notario en Boadilla del Monte, localidad cercana a Madrid, en secreto y en la más estricta intimidad. De vuelta en Madrid, tras cuatro años en Oporto, Iker y Sara siguen caminando. Ejemplo de superación y ganas de vivir, Sara vuelve a la radio. ¡Que siga el baile, compañera!