La verdad sobre la relación de Rocío Jurado y Antonio David Flores: "Le temía"
Rocío Carrasco ha vuelto a desmentir una de las afirmaciones que más ha defendido su exmarido
Ya lo advirtió Rocío Carrasco en la pasada entrega del documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’: Antonio David Flores fue capaz de dejar callada a Rocío Jurado en más de una ocasión. Y todavía estaban juntos. Pero anoche la hija de la intérprete de ‘Como una ola’ desmintió por completo lo que el padre de sus hijos ha contado en los últimos tiempos, que su exsuegra le tenía un inmenso cariño que era correspondido. «Le temía como al diablo», confesó anoche en uno de los nuevos episodios. La Jurado no quería escándalos en su vida, tenía una imagen intachable, era una de las mejores artistas del panorama musical nacional y no iba a dejar que el padre de sus nietos terminara de un plumazo con lo que había conseguido a base de trabajo y sacrificio.
En más de una ocasión, el padre de Rocío Flores ha afirmado que Rocío Jurado le tenía mucho cariño, e incluso ha llegado a contar que, antes de fallecer llegó a llamarle para decirle que se iba tranquila porque sabía que sus nietos se quedaban con él. Pero además, durante su participación en ‘Gran Hermano VIP 7’ llegó a decir, entre lágrimas, que «la abuela de mis hijos me adoraba y yo también a ella, el problema es que había demasiada gente». Pero la mujer de Fidel Albiac ha dejado las cosas claras: «Mi madre no lo adoraba. Sabía de lo que era capaz y vivió acojonada».
Carrasco explicó que, cuando comunicó la ruptura matrimonial a sus padres, su madre «se ablandó un poco con él». La pareja estaba residiendo en la impresionante casa de La Moraleja, y una vez que informó a sus progenitores de su decisión, Rocío se busca otra vivienda, pero «este ser se queda en casa» de su madre. «Durante todo ese tiempo, que fue bastante, hace la convivencia horrorosa y tremenda», relataba en el episodio 4 de la docuserie. Y daba detalles de la situación: «Llegaba a casa a las dos de la mañana y mi madre tenía que levantarse para abrirle la puerta», comenzaba diciendo explicando además que hacía que la cantante llamara al personal de servicio para que le pusieran la cena.
«Él jugaba con que, hiciera lo que hiciera, ella no iba a hacer públicamente nada», decía afirmando que su madre «no quería un escándalo y no era capaz de ponerle las maletas en la calle». Hasta que un día, ‘La Más Grande’ aprovechó uno de sus viajes para solicitar al exguardia civil, con una «carta notarial» que abandonara su domicilio. Un documento que Carrasco mostraba en el documental para atestiguar todo lo que contaba. Pero él no se fue. «Mi madre cierra la casa y aún así, él coge un notario y a un fotógrafo y se va a la puerta de La Moraleja, sabiendo que no le van a abrir porque no hay nadie. Y empieza a llamar al timbre, a llorar…». Todo con una intención, según ella: «Siempre iba a quedar de víctima. Pobrecito, la Jurado no le deja entrar en su casa».