Paz Padilla se confiesa: los últimos momentos junto a Antonio, su despido y las aplicaciones para ligar
El segundo episodio de 'Mi casa es la tuya' ha tenido como protagonista a Paz Padilla, que ha contado sin problemas su historia de amor con su marido, Antonio, el cómo conoció su enfermedad y cómo se despidieron tras su muerte.
El ‘Mi casa es la tuya’ de Paz Padilla se puede definir como uno de los más intensos de la historia del programa. Es de sobra conocida la historia de la presentadora, que perdió a su marido, el amor de su vida, el pasado verano a causa del cáncer que parecía, pero esta noche la de ‘Sálvame’ ha narrado la historia completa, con momentos cargados de emoción pero sin perder su gran sentido del humor. La playa de Zahara de los Atunes ha sido el escenario de la entrevista entre Bertín Osborne y Paz Padilla, como no podía ser de otra manera. La divertida gaditana se ha citado con el presentador en sus orígenes para dar vida a un programa cargado de emociones. “Nos hemos criado aquí, mi abuelo era Guardia Civil. Llegábamos aquí, éramos 7 hermanos, mis madre nos soltaba en la playa y volvíamos para comer”, ha comenzado explicando Paz. “Yo me dejaba la salitre, no me duchaba. Mi madre decía que era bueno para piel. Ella cogía un bañero de zinc y nos metía uno a uno”, ha seguido Paz, que estaba muy dicharachera.
Se han citado en el chiringuito del hermano de la gaditana, que reconoce que va mucho a la localidad. Cuando llega, lo primero que hace es visitar el cementerio: “cada vez hay más gente enterrada allí, mi Antonio, mi madre, mi padre…”. De hecho, su marido ha sido uno de los ejes de la entrevista y también el libro que surgió a raíz de su fallecimiento. “El libro surge de mis preguntas, los por qué. Todo el mundo se hace esas preguntas y hay respuesta, cuando dejas de hacerte esas preguntas encuentras la paz”.
El momento más duro de su vida
La entrevista de Paz Padilla ha tenido grandes momentos. uno de los más emotivos cuando ha contado el momento en el que supo que Antonio estaba enfermo. «Un día le dije que tenía mucho estrés. Le llevé al hospital porque no se encontraba bien. Y cuando veo que viene, le hacía señales y como que no me veía. Paró en medio de la carretera, se bajó con el coche en marcha, me puse delante para pararlo y él saliendo. Conseguí parar el coche, lo metí dentro y me lo llevé al hospital corriendo. Pensé ‘esto no está bien’. Cuando llego a urgencias Bertín, no me dicen… Lo veo desorientado, no sabía mi nombre. Se lo dije a la enfermera, pensé que le estaba dando un ictus. Llamé a mi mánager porque iba a ‘Pasapalabra’, llegó el médico, le hacen un tac. Me meten en el despacho y me dicen: ‘su marido tiene un tumor cerebral, no sé si secundario y primario, pero lo más probable es que le quede muy poco tiempo de vida. Te dejo aquí para que llores o grites, pero cuando salgas te pido que no lo hagas delante de él’. Así me lo soltó, como un hachazo, de golpe».
Esa noche cuanta Paz que no paró de llorar, pero que después de aquello comenzó a prepararse para ayudarle a morir. “¿En ningún momento le dijiste que se estaba muriendo?”, le ha preguntado Bertín Osborne, a lo que ella le ha contestado muy sincera: «no tuve cojones. Le decía, ‘Antonio, estamos luchando’. No tenía cojones, era una cobarde. Cuando te enfrentas a la muerte de un ser querido te enfrentas a tu propia muerte y piensas ‘la próxima soy yo’».
También ha narrado como fueron los últimos instantes junto a él: «Cuando Antonio muere lo que más me dolió fue soltarlo, porque si no los sueltas no mueren. Duele mucho porque aunque tu ves que no te ve, que te oye… Está ahí, lo sigues cuidando, es una razón de estar. Cuando se tiene que ir, me meto con él e la cama y le digo ‘ya, mi amor’. Fue precioso porque la perra, saltó en la cama y se sentó entre sus piernas, estaba mi hija, mi yerno, el enfermero, mi cuñada y estuvimos un tiempo, cogidos de la mano, y le despedimos en silencio. Luego llamé a mis amigos, abrí una botella de Moet Chandon y brindamos por Antonio».
¿Abierta al amor?
Tras aceptar la muerte de Antonio, un proceso largo y del que habla en su libro, ‘El humor de mi vida’, Paz Padilla ha afirmado rotunda que no tiene miedo «a nada» tras haber perdido miedo a la muerte. «¿A qué le voy a temer?», ha preguntado retóricamente.
Ahora disfruta de una nueva etapa de la vida en la que no le cierra las puertas al amor, o al menos a conocer a alguien especial. «La vida me dio el bofetón cuando Antonio enferma… Él me lo pidió en su testamento, me dijo ‘no dejes de ser feliz y ama, sé feliz con las personas que aparezcan en tu vida», ha contado, y quizás por eso ha confesado que como le cuesta mucho ligar es usuaria de una aplicación de citas. «Los que más me gustan son los suecos. Los zapatos no, los hombres de Suecia», ha contado entre risas.
Un despido que le hizo mucho daño
La presentadora también ha repasado otro episodio muy sonado, el de su salida de ‘Got Talent’, programa del que formaba parte como miembro del jurado y del que la despidieron poco después del fallecimiento de Antonio. «Yo dejé de trabajar para estar con Antonio y acompañarle. Me ha pasado factura. Me lo han dicho… Me han dicho que yo no estuve al 100% y le dije yo no estuve al 100% para ustedes, pero sí con mi marido que era el que me necesitaba», ha contado emocionada a Bertín, asegurando que no se arrepentía.
«Yo era humorista, durante una año oculté que mi marido estaba malo. Lo dejaba dándose su tratamiento y me iba a trabajar, a ser graciosa. Nadie lo notó, me dijeron ‘tú tranquila que vas a seguir trabajando’, pero no. No me importa, si hoy tuviera que hacerlo lo volvería a hacer».