Luisi, el pilar silencioso detrás del éxito de Karlos Arguiñano
Karlos Arguiñano acude este 5 de junio a 'El Hormiguero'
La retirada de Karlos Arguiñano de los fogones está cada vez más cerca
María Luisa Ameztoy Alfaro es una pieza clave en el imperio de su marido
Karlos Arguiñano, uno de los chefs más queridos y emblemáticos de la gastronomía española, está cada vez más cerca de poner punto y final a una carrera que ha marcado a varias generaciones. A sus 77 años, el cocinero vasco ha reconocido estar en la «recta final» de su vida profesional, preparando poco a poco su despedida de los fogones que tanto ha amado y desde donde ha compartido su pasión por la cocina con millones de personas. Sin embargo, detrás de este gran referente culinario no sólo hay un maestro de los fogones, sino también una historia de amor sólida y discreta que ha sido el pilar fundamental de su vida: la relación con su esposa, María Luisa Ameztoy Alfaro, conocida cariñosamente como Luisi.
Esta mujer ha sido mucho más que compañera; ha sido la pieza clave que ha sostenido no sólo su hogar sino también todo el imperio profesional que Karlos ha levantado a lo largo de los años. Su papel en la vida y carrera de Arguiñano es indispensable para comprender cómo el chef ha logrado mantener su éxito y su esencia hasta ahora. La historia de amor entre Karlos y Luisi comenzó en su juventud, en Zarauz, donde ambos vivían y crecían. Ella trabajaba en la pescadería familiar y él comenzaba a forjar su camino en la cocina. Se conocieron en una discoteca local en un encuentro que el propio Arguiñano ha recordado con cariño y humor en varias ocasiones, confesando que, aunque ella inicialmente no mostraba interés, él no desistió hasta conquistarla.
La alianza de apoyo mutuo y complicidad entre ambos ha superado los momentos más duros y ha celebrado las mayores alegrías. Entre esas adversidades que enfrentaron juntos se encuentran tragedias personales muy dolorosas, como la pérdida de dos hijos gemelos, nacidos muertos a los siete meses de gestación. Este episodio marcó profundamente a la pareja, pero también reforzó la fortaleza y el compromiso que tenían el uno con el otro. Karlos ha narrado en varias ocasiones cómo Luisi fue un apoyo fundamental para salir adelante, manteniendo siempre la esperanza y la fe en que formarían una gran familia, algo que finalmente lograron con siete hijos -Joseba, Zigor, Martín, Karlos, Amaia, Lukene y Eneko-. Su familia no solo creció en número, sino que también se convirtió en un sólido equipo que ha seguido vinculándose con el mundo de la gastronomía y los medios de comunicación, un reflejo del legado que ambos han ido construyendo con dedicación y trabajo.
Luisi ha jugado un papel decisivo en el día a día del hogar y en la gestión empresarial que acompaña la carrera de Arguiñano. Mientras él está frente a las cámaras y entre fogones, ella maneja con precisión el restaurante familiar, se encarga de las cuentas, la administración y las cartas de menú, demostrando una capacidad organizativa admirable. Además, su implicación ha sido crucial en la expansión del negocio familiar, supervisando junto a Karlos Bainet Taldea, el holding que engloba desde el restaurante hasta una productora televisiva y una bodega de txakolí. Gracias a esta gestión compartida, la empresa familiar ha mantenido una sólida salud financiera, alcanzando beneficios millonarios que reflejan la eficiencia y la visión conjunta de la pareja.
En los últimos años, la pandemia supuso un reto emocional y personal para la familia Arguiñano. Luisi, muy sensible a la situación sanitaria y preocupada por la salud de todos, decidió pasar largos periodos prácticamente confinada en casa, evitando salir para protegerse y proteger a sus seres queridos. Esta actitud generó gran preocupación en Karlos, quien ha confesado en diversas entrevistas lo mucho que le afectó ver a su esposa tan vulnerable y limitada por el miedo al contagio. Sin embargo, a pesar de estos momentos difíciles, la fortaleza del vínculo familiar y el apoyo mutuo entre ambos permanecieron intactos. «No sale de casa por la pena», expresó.
Ahora, con la retirada de Karlos cada vez más próxima, Luisi se perfila como la aliada clave en esta etapa de transición, acompañándole no sólo emocionalmente, sino también en la gestión del legado y en la preparación de su adiós a los fogones.