Todo lo que se sabe sobre la multimillonaria herencia de Fernando Fernández Tapias
Fernando Fernández Tapias fallecía este miércoles a los 84 años de edad a causa de un infarto, según el programa TardeAR.
Es imposible cuantificar en una cifra exacta el patrimonio que mantenía el empresario, pero por todos es sabido que poseía una gran lista de inversiones en obras de arte, participaciones empresariales y bienes inmuebles.
La guerra judicial que mantenía con gran parte de sus hijos hará que la repartición de su ostentosa herencia sea un proceso complicado de resolver.
Este miércoles la crónica social del país amanecía con una triste noticia tras confirmarse el fallecimiento de Fernando Fernández Tapias, uno de los hombres más ricos de España. Su larga e importante trayectoria en el mundo de los negocios le hizo alcanzar la máxima popularidad en el ámbito, ya que los beneficios que obtenía le posicionaron en un éxito constante. Un éxito que, tras su muerte, ha abierto un gran enigma sobre cómo se procederá al reparto de la ostentosa herencia que deja, siendo dueño de multitud de entidades empresariales, propiedades inmobiliarias e inversiones. A primera vista, resulta imposible cuantificar en una cifra exacta el patrimonio que mantenía el empresario. Pero por todos es sabido que poseía una gran lista de inversiones en obras de arte, participaciones empresariales y bienes inmuebles. En estos últimos destaca su lujosa mansión construida en la urbanización madrileña de Puerta de Hierro en los años 80. Allí vivió hasta sus últimos días junto a su mujer, Nuria González.
Por otro lado, entre sus propiedades materiales también destacaba su famoso barco llamado Nufer, un nombre que unía las primeras sílabas de su identidad y la de su esposa. En sus instalaciones vivió largos veranos en alta mar, disfrutando de importantes lujos junto a su familia y grupos allegados de políticos, empresarios y celebrities. Pero, finalmente, los gastos que tenía su mantenimiento no salían rentables y decidió venderlo hace unos años, a Amancio Ortega. Se desconoce la cantidad por la que se deshizo de él, pero hay que tener en cuenta que era considerado como «la joya de la corona de los barcos españoles de recreo», por lo que es probable que consiguiera una alta cuantía económica.
Dejando a un lado dichos bienes, lo cierto es que sus exitosas empresas y los beneficios que conseguía con su actividad eran el pilar fundamental de su patrimonio. Comenzó sus andaduras en el mundo empresarial a principios de los años 70, creando su propia compañía de transporte marítimo para automóviles. Posteriormente inició su actividad en el transporte de petróleo, siendo uno de los primeros en difundir la idea de utilizar buques de doble casco. Desde ahí, su trayectoria se disparó y comenzó a ocupar altos cargos como líder en la organización de diferentes entidades.
En 2004, vendió una de sus empresas más conocidas (Teekay Corporationes) por más de 1.350 millones de euros, según publica Vanitatis. No obstante, su hijo Juan Carlos, apodado como Tito, sigue presidiéndola y, de acuerdo con lo publicado en el medio citado, en 2021 logró facturar casi 4 millones de euros en ventas, acumulando un activo de más de 118 millones. Conforme a lo reflejado en el Registro Mercantil, los otros dos grandes holdings empresariales que seguía manteniendo, F. Tapias Desarrollos Empresariales SL y F. Tapias Grupo de Sociedades e Inversiones SL, cuentan con 12 y 48 millones de euros de activo respectivamente.
Sin duda una multimillonaria herencia que no será nada fácil de repartir y más si se tiene en cuenta el problema judicial en el que estuvo involucrado el recién fallecido con sus cinco hijos mayores hasta el día de su muerte. Fernando Fernández Tapias tenía ocho hijos de tres matrimonios diferentes y tras la decisión que tomó en 2021, la relación entre ellos comenzó a romperse. El empresario anunció que Juan Carlos, su quinto hijo, fuera el heredero natural de sus negocios, algo que cayó como un jarro de agua fría al resto de vástagos que, al mismo tiempo, fueron relegados de sus cargos como responsables en las diferentes empresas familiares.
De esta manera, gran parte de los sucesores del fallecido quedaron apartados del patrimonio empresarial por lo que decidieron volver a acercarse solicitando la incapacidad de su padre en los juzgados, abriendo una guerra judicial en la familia que tuvo como resultado la ‘victoria’ de Fernández Tapias, quien consiguió demostrar que se encontraba en sus plenas facultades para tomar las decisiones oportunas dentro de sus empresas. Precisamente por esto habrá que esperar a que se lea el testamento para saber qué parte legítima le corresponde a cada uno y cómo decidió Fernando dejar por escrito la repartición de su ostentosa fortuna.