EXCLUSIVA | Hablamos con Paco Roncero tras la cena de la OTAN en el Palacio Real
La Reina da una lección magistral de elegancia y sofisticación en la cena de la OTAN
Un look flamenco y un homenaje a España: Jill Biden y doña Letizia por fin se encuentran
EXCLUSIVA: Los entresijos de la visita más especial del Rey Felipe
El plan perfecto para que la Infanta Sofía conozca el colegio de la Princesa Leonor
El Palacio Real de Madrid ha sido el escenario de una de las citas más esperadas de los últimos tiempos. Los Reyes don Felipe y doña Letizia ejercieron de anfitriones este martes en la cena de gala con motivo de la celebración de la Cumbre de la OTAN, que ha coincidido además con el cuarenta aniversario de la adhesión de España a la Alianza Atlántica.
Una velada en la que el menú fue responsabilidad de Paco Roncero. El chef, con dos estrellas Michelín, tres soles de Repsol y el Premio Nacional de Gastronomía 2006 fue el encargado de elaborar un menú en el que el producto español fue el gran protagonista.
Este digital ha podido hablar en exclusiva con el chef, para conocer algunos detalles sobre este importante evento. Roncero reconoce que no ha resultado complicado en exceso abordar la preparación del menú: “Más que un reto, es un orgullo, porque en realidad nosotros tenemos mucha experiencia en organizar todo tipo de eventos”, ha confirmado el chef en conversación con LOOK. “Indudablemente este es un evento en el que puedes tener mucha presión, pero es más la que nosotros nos queramos poner”, ha dicho Roncero, que revela que este tipo de eventos son relativamente sencillos en el trato y la manera de abordarlos, aunque sin perder de vista que se busca la excelencia en todos los ámbitos.
Sobre cómo ha sido el proceso de elaboración y elección de los distintos platos, Roncero confirma que desde el primer momento tenían bastante claro en qué iba a consistir el menú: “Normalmente hacemos una serie de propuestas de menús, con unas pautas, insistiendo en el producto español, aunque con algún toque o alguna influencia de otro país”, sentencia. “Siempre hemos tenido muy claras qué cosas se podían ofrecer y a partir de aquí ellos ya deciden”, asegura el chef, que reconoce que desde la Casa Real se lo han puesto bastante fácil.
A pesar de lo que pueda pensarse, lo cierto es que la elaboración de los platos ha sido bastante rápida: “Nuestra manera de trabajar es intensa, esto se prepara el día de antes y el día del evento”, recalca. Aunque no ha recibido comentarios aún de manera directa, Roncero comenta que el mejor feedback es cómo vuelven los platos a la cocina, lo cual es el espejo más fiable de si el resultado ha sido el esperado.
No es la primera vez que el chef coincide con don Felipe y doña Letizia, con los que se deshace en halagos: “Creo que los Reyes son unos grandísimos amantes de la cocina española, del producto español, nuestras raíces y tradiciones, y siempre las han defendido muchísimo. Son maravillosos en este aspecto, nuestro trato siempre ha sido fantástico y muy cercano, como son ellos”, ha asegurado.
En esta especial noche, el menú ha consistido en una serie de entrantes como brioche de atún rojo a la mostaza antigua, ceviche de corvina con leche de tigre, gilda de salmón ahumado, buñuelo de bacalao y gazpacho al aceite de albahaca -entre otras recetas-. Como plato principal se ha servido merluza con salsa menier, tapioca y huevas de trucha y, de postre, espuma de coco con granizado de menta y fruta de la pasión.
Aunque el menú ha sido muy variado, el chef reconoce que sí que hay un alimento que es su preferido: “El aceite de oliva. Soy un amante y defensor del aceite de oliva a ultranza y creo que ese es nuestro producto fetiche”, asegura Paco Roncero. En esta velada, el chef ha podido contar con el apoyo de su hijo, que está siguiendo sus pasos: “Mi hijo trabaja con nosotros, es uno más del equipo, hay que aprender desde el principio”, comenta. Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, Roncero explica que, por el momento, va a seguir trabajando a tope, aunque espera poder tomarse unos días de descanso en el mes de agosto, para poder recargar las pilas.