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NUEVA VIDA

Enrique Ponce busca piso en Madrid

El diestro de Chiva ya no volverá a la que ha compartido con su mujer, Paloma Cuevas, y resto de su familia hasta que se separaron esta primavera; de hecho, no tiene casa en Madrid.

A caballo entre Almería y las plazas en las que torea Enrique Ponce en esta temporada exigua de pandemia, acaba el verano y llega la vuelta a casa. Pero el diestro de Chiva ya no volverá a la que ha compartido con su mujer, Paloma Cuevas, y resto de su familia hasta que se separaron esta primavera; de hecho, no tiene casa en Madrid.

Aunque evitan confirmarlo, me aseguran, desde hace tiempo, que será ella quien se quede en el hogar conyugal en el centro de Madrid. Las obras de la fabulosa vivienda que el matrimonio comenzó a construirse en una de las urbanizaciones más elitistas en la zona noroeste de la capital aún no han finalizado. No se puede vivir aún allí. Además, la lujosa vivienda sería uno de los bienes incluidos en la sociedad de gananciales que el matrimonio liquidará más adelante, una vez alcanzado y firmado el acuerdo de divorcio. El diestro busca estos días un lugar para instalarse en Madrid, muy probablemente con su novia.

Enrique y Ana han gritado su amor a los cuatro vientos en sus respectivos perfiles de Instagram/@enriqueponce

La Universidad comienza y Ana Soria vuelve a clase -o no, según decida el Ministerio de Educación-. La joven es estudiante de Derecho y ha trasladado su expediente académico a un campus madrileño. El fin del verano obliga a ordenarse. Septiembre acaba de comenzar y aunque aún quedan algunos días de playa, los planes son alquilar “algo” de manera temporal, según me detallan.

Cuando el diestro viajó a Almería, una vez cumplido el confinamiento obligado por el estado de alarma en su finca familiar de Jaén junto a Paloma y el resto de los miembros de la familia, incluidos sus suegros, el padre de su novia le organizó alojamiento entre sus íntimos. Luego, Ponce alquiló un lugar para instalarse y vivir a solas con Ana Soria. La vuelta a Madrid es algo más complicada ya que en breve volverá su familia de vacaciones y será la primera vez que coincidan en la misma ciudad, ya separados, y él con su nueva pareja.

Enrique Ponce y Paloma Cuevas / Gtres

Si la pasada semana no fue fácil ni para Enrique ni para Paloma, tras días de máxima tensión entre ellos a cuenta de las fotografías del torero con su nueva chica, publicadas en medios y redes, y que afectaron seriamente en el hogar familiar instalado en verano en la finca La Cetrina, además de algunos datos aparecidos en medios, que llevaron a Ponce a emitir un comunicado en apoyo de su todavía mujer, los días posteriores no han sido mejores. Después de borrar todo rastro de su romance en su perfil de Instagram, Enrique publicaba este jueves noche nuevas imágenes junto a Ana para felicitarle públicamente su cumpleaños. La decisión, completamente en contra de los intereses familiares que unen al diestro y su todavía esposa, cayó como un obús en La Cetrina. Los ánimos necesitaron mucha calma para asimilar una realidad tan inesperada como desagradable. Estaba hablado y volvió a caer en las redes.

No son días fáciles para Ponce, entre su responsabilidad familiar y su romance con una joven ‘millennial’, esa generación que vive conectada, que necesita las redes para expresarse. Es muy probable que este último año, tampoco haya sido fácil. La distancia que se instalaba entre él y su mujer abrió un vacío en su vida que no se resistió en llenar con un nuevo amor, en su caso, con el de la guapa almeriense que ha dado un vuelco a su vida. Sin embargo, las formas son definitivas en la mayoría de las situaciones y en una separación matrimonial resultan el mejor aliado o el mayor enemigo si metes la pata. En este caso, un antes y un después.

Ana Soria mirando con atención a Enrique Ponce / GTRES

Ponce confirmó enseguida su nuevo amor en los medios y pidió respeto para su novia. Cuevas le deseó lo mejor en una escueta frase que publicó la revista ¡Hola! en su número fechado el 12 de agosto. Después, silencio. Fueron las primeras reacciones del matrimonio, ya cada uno por su lado, pocos días después de comunicar oficialmente que se separaban tras 24 años de vida en común. El reenamorado Enrique comenzó a subir fotografías y post reveladores en su perfil de Instagram, le dedicaba públicamente cada tarde de toros dibujando una A en el albero de la plaza; fue fotografiado junto a Ana en la playa, en restaurantes, en un barco y en compañía de la familia de ella en San José (Almería). ¡A todo color! Son la pareja del verano y acaparan portadas y titulares.

Paloma Cuevas en una imagen de archivo / Gtres

La intención del todavía matrimonio de resolver el divorcio de mutuo acuerdo sigue en pie. El abogado que lleva los trámites, sin iniciar aun judicialmente, representa a ambos y se resolverán a corto plazo. Tras la tensión de los últimos días y las diferentes maneras de llevar la separación de cara a la opinión pública, sí ha acelerado las ganas de Paloma Cuevas de seguir puntual con los trámites, firmar el divorcio y comenzar “tranquila” esta nueva etapa de su vida.

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