Última hora: Edmundo Arrocet entra en casa de María Teresa Campos para hacer la mudanza
Edmundo Arrocet ha llegado a casa de María Teresa Campos con un camión de mudanza para llevarse todas sus pertenencias de la casa
Edmundo Arrocet ha dado el paso definitivo en su ruptura con María Teresa Campos. El humorista chileno ya ha ido a la casa de la matriarca de uno de los clanes televisivos del momento para recoger todas sus pertenencias.
Tras semanas con la prensa en los talones, pendientes siempre del capítulo final de esta historia de amor que ha tenido varios y muy polémicos episodios, hoy Edmundo Arrocet se ha decidido a poner rumbo a la casa en la que ha vivido los últimos años en Madrid, la misma de la que su expareja lleva años intentando deshacerse a pesar de haber invertido en ella toda su fortuna.
Desde que se conociera la noticia de la ruptura (whatsapp mediante), han sido varias las veces que el entorno de uno y otro han dejado en el aire la posibilidad de una reconciliación, algo que la propia madre de Terelu Campos y Carmen Borrego se ha dedicado a desmentir, asegurando cada vez que ha tenido ocasión que para ella Bigote ya no existe.
La venganza de María Teresa Campos
Hace solo unos días que, tras ver que el interés que le rodeaba tenía que ver con la mudanza de Edmundo, María Teresa Campos aseguró ante las cámaras que nadie debía preocuparse ya que ella misma sería la encargada de avisar a sus compañeros de profesión para que captasen el momento en el que su ex recogía sus pertenencias de su hogar.
Aunque durante los primeros compases de su separación la abuela de Alejandra Rubio se mostró vulnerable como nunca en una entrevista sin precedentes concedida a ‘Sábado Deluxe’, el paso del tiempo ha ido curando una herida que a fecha de hoy no parece existir.
Todo apunta a que la presentadora de programas como ‘Qué tiempo tan feliz’ ya contaba con la visita de Edmundo Arrocet. Tal y como se ha visto en ‘El programa de Ana Rosa’, hoy María Teresa Campos ha abandonado su casa a media mañana. Parece que ni uno ni otro tienen interés alguno en volver a verse las caras, a pesar de lo fría que fue su despedida y de las buenas palabras que, en un principio, se dedicaron entre ambas familias.