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MI CASA ES LA TUYA

El drama de Antonio Orozco: "Lo llegué a perder todo por culpa del que era mi mejor amigo"

El Antonio Orozco más íntimo y personal se ha asomado, tímidamente, de la mano de Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’. No se prodiga en absoluto sobre cuestiones de índole privado, pero el cantante ha rebajado su recelo y ha dejado entrever una vida de luces, pero también de rasgones y sombras de las que se ha repuesto con la entereza de quien se tropieza mucho y se levanta otro tanto. Desde su casa de Sitges, este artista criado en L’Hospitalet y de corazón sevillano ha hablado, por primera vez, de una de sus peores épocas personales y profesionales: «En 2007 me ocurrió una cosa que no sabe ni mi familia, creo que se están enterando en este momento. Lo perdí todo, cuando digo todo, es todo. Y ocurrió de la mano de quien decía ser mi mejor amigo».

Sin duda, complicadas lecciones de vida que no hicieron sino forjar una fuerte personalidad y el celo por protegerse: «Hay que aprender de todo y te digo que si tuviera que volver atrás, lo volvería a perder todo. No me arrepiento, no tengo mucho de nada pero sí todo lo que necesito». Ese fatídico año Antonio Orozco vio desmoronarse muchos sueños como el suyo, muchas carreras apuntaladas en el esfuerzo: «No fui el único que lo pasó mal, hubo mucha gente que se perdió como yo. De los peores momentos sale lo mejor, de eso salió mi mejor obra, ‘Único’, con la que actué en 700 conciertos».

El cantante en una imagen de archivo / Gtres

Triunfo en ‘La Voz Kids’ y su hijo Jan

El éxito musical llegó a la vida de Antonio Orozco con su disco, ‘Semilla del silencio’, con el que se granjeó tres discos de Platino y fama internacional. Cuando ya estaba de vuelta de los destellos del escenario, la televisión quiso probarlo. Entró a formar parte del jurado del programa ‘La Voz Kids’ en su segunda edición y quedó atrapado y seducido por su magia. Eso sí, su despunte televisivo trajo consigo renuncias. En concreto, un sacrificio que a día de hoy le cuesta asimilar: dejar de ser anónimo para siempre.

«Como cantante eres famoso en el escenario, pero tu vida puede seguir siendo privada. Sin embargo, la tele tiene una magnitud tremenda. Recuerdo que al poco de empezar en ‘La Voz’ subí una foto a ‘Instagram’ en la que, por error, puse la ubicación. Al día siguiente tenía ‘paparazzi’ en la puerta». Entonces se dio cuenta cabal de que ya nada volvería a ser igual. Da gracias de que el reconocimiento le llegó tardío, a los 32 años. «Vino con la madurez, si me hubiera llegado más joven no sé si estaría ahora hablando aquí contigo», ha asegurado Orozco en ‘Mi casa es la tuya’.

Los cantantes David Bisbal, Rosario Flores y Antonio Orozco / Gtres

Reglón aparte en su vida merece Jan, su hijo de diez años con el que vive en Sitges. Pasa con él todo el tiempo que puede, aunque desgraciadamente no es mucho: «Cuando estoy separado de mi hijo me duele en el alma, mucho más que cualquier desastre amoroso de mi vida. Estar un mes sin él es un desgarro». De la madre del pequeño, Susana Prat, el cantante ha guardado silencio. Tan solo ha destacado que su hijo se parece físicamente a ella, mientras que «en la poca vergüenza por las cosas ha salido a mí». Jan es un apasionado de la música que no duda en acompañar a su padre de gira.

Sus padres y sus primeras canciones

Antonio Orozco conoció los sinsabores de la vida muy joven. A los 21 años vivió su emancipación, pero también tuvo que encararse con la muerte de su padre: «Era albañil y murió en un accidente. Mi hermano pequeño tenía 10 meses cuando pasó y me tocó ocupar un lugar de ‘segundo padre’ que no sé si desempeñé bien. Aprendí de mis errores y con mi hijo no los he repetido».

Recuerda a su padre como un hombre estricto en cuanto a la educación, pero rendido ante el sistema matriarcal que imperaba en su casa: «Mi madre era quien mandaba en todo, aunque pareciera lo contrario». De ella solo tiene buenas palabras: «Quedó desolada cuando murió mi padre, creo que aun no lo ha superado. Es un ejemplo de esfuerzo. Aunque no lo necesita, todos los días se levanta a las siete de la mañana para limpiar casas. Cuando le regaño, me dice que lo hace para que no se me olvide de dónde vengo».

Antonio Orozco durante uno de sus conciertos / Gtres

La madre del cantante, a sus 70 años, es bailarina y muy ducha en las redes sociales: «Me ha llegado a pedir ser mi telonera en los conciertos». De pequeño Antonio Orozco era una niña, Manuela: «Mi madre quería tener una hija en vez de un hijo y me ponía coletas y me vestía de niña. En la calle todos me conocían como Manuela».

Sus inicios en la música no fueron fáciles. La primera canción que escribió fue con 13 años y se titulaba ‘Necesito libertad’. Su primer disco lo sacó tarde, a los 28 años, porque a su padre no le hacía gracia el mundo de la música: «Él quería que me dedicase a la informática, de hecho me dediqué a eso hasta que pude dejarlo». La primera maqueta de su vida vino fluida a raíz de una cena de empresa: «Subí al escenario y toqué toda la noche. Un compañero me ofreció más tarde grabar algunas canciones hasta que un día llegó el que sería mi productor durante 25 años.».

En 1998, con una suculenta oferta para lanzar su primer álbum, dejó la informática y se zambulló de lleno en las letras. Antonio le puso pasión a raudales y recuerda con cariño cómo se publicitaba a sí mismo con un pseudónimo. En su madre tenía a su mayor fan y promotora oficial: «Se iba a todos los sitios con el disco en el bolso y le decía a la gente que ya estaba tardando en comprarlo».

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