Al descubierto: el destino secreto de Irene Montero durante sus vacaciones de verano, sin Pablo Iglesias
La política no ha podido evitar mostrar a sus seguidores en redes sociales cada detalle de su última escapada estival
Lleva de vacaciones desde el 8 de agosto
Primero, a principios de agosto, Montero se escapó en familia con Pablo y sus hijos
Irene Montero ha mantenido en secreto su destino veraniego, pero finalmente el misterio se ha resuelto. Y, para sorpresa de muchos, la diputada en el Parlamento Europeo ha optado por una escapada en el soleado y pintoresco rincón de Fuerteventura, en las Islas Canarias.
Fuerteventura, conocida por sus playas doradas y paisajes dignos de una postal, ha sido el lugar elegido para que Montero se tome un respiro de su apretada agenda. La isla, con su aire auténtico y salvaje, ha servido como el escenario perfecto para que la ex ministra desconecte del bullicio mediático. Al parecer, la mujer de Pablo Iglesias ha disfrutado del lujo de sus playas y la tranquilidad de la isla, que la UNESCO declaró Reserva de la Biosfera en 2009. Todo un símbolo de protección natural y ambiental que, irónicamente, contrasta con la protección mediática que Montero ha optado por recibir.
Sin embargo, la sorpresa más grande no ha sido el destino en sí, sino la ausencia notable de Pablo Iglesias en las fotos que la ex ministra ha compartido en sus redes sociales. A diferencia de las escapadas familiares a las que estamos acostumbrados a verlos, esta vez Montero ha optado por un viaje con dos amigas. En sus publicaciones, Irene describe su tiempo en Fuerteventura como «un regalo de amistad» y se muestra encantada con el paisaje y la experiencia: “Fuerteventura nos ha acogido estos días con sus playas y sus paisajes increíbles”, escribió en Instagram.
Sin rastro de su pareja ni de sus hijos, la política se ha sumergido en el relax total. Entre sesiones de pintado de piedras, tomas de sol y lecturas veraniegas, ha dejado claro que su escapada es todo menos discreta. La ministra ha decidido compartir sus momentos de felicidad con sus seguidores, incluyendo una serie de fotos en bikini que han encendido las redes. Primero, apareció con un bikini verde, tan parecido al de Yolanda Díaz, que hasta nos hizo preguntarnos si había alguna intención de competencia estilística. Pero la cosa no quedó ahí: también la hemos visto con un bañador naranja vibrante, mostrando que el brillo y la elegancia no están reñidos con el descanso.
Así que, mientras Montero se dedicaba a disfrutar de su retiro canario, también se ha asegurado de que todos supieran exactamente lo que estaba haciendo, desde sus actividades más relajadas hasta sus elegantes posados en la playa. Aparentemente, el único secreto que ha querido mantener es el que no involucra su contenido de Instagram.
Lo cierto es que Irene se ha ganado el título de «la reina de las vacaciones» este verano. La ex ministra de Igualdad ha estado disfrutando de un merecido descanso desde el 8 de agosto, ¡una escapada de tres semanas que cualquier mortal envidiaría! Claro, con el generoso sueldo que ella percibe, no es sorprendente que haya optado por unas vacaciones de ensueño.
La irónica escapada de Irene y Pablo
Aunque Irene se haya ido con amigas a Fuerteventura, la primera tanda de su escapada a principios de mes no pasó desapercibida para los observadores más agudos. Las fotos que la pareja compartió revelaron cielos encapotados y sudaderas, lo que sugiere que su primer destino no era precisamente un paraíso tropical. Sin embargo, lo que sí quedó claro fue el entorno en el que se alojaron: una lujosa casa particular con gran piscina y césped, ubicada en una zona apartada que, según las imágenes, parecía alejada de la mirada pública.
Y aquí viene lo más jugoso: en una jugada que podría considerarse casi irónica, la pareja, que solía criticar a los políticos por su desconexión de la realidad y su vida en chalets, ha optado precisamente por eso mismo. Sí, mientras Iglesias se quejaba de los políticos que viven en «Somosaguas» y que se desconectan de la realidad cotidiana, él y Montero parecen haber hecho una elección similar, sólo que sin las cámaras de la prensa para estropear el panorama.
En su momento, Iglesias criticaba la opulencia de los chalets de los políticos, alegando que estos vivían en una burbuja, sin tener contacto con las necesidades del ciudadano común. Nueve años después, parece que esa burbuja se ha trasladado a sus propias vacaciones. ¿El transporte público? ¿La realidad de la gente común? Mejor dejarlas para otro momento, porque ahora la pareja está disfrutando de una experiencia de lujo que, evidentemente, no está al alcance de todos.
Así que mientras Iglesias y Montero disfrutaban de su retiro en una villa con piscina, el contraste entre sus críticas pasadas y su realidad presente es, como mínimo, irónico. Tal vez sea la prueba de que, a veces, las críticas sobre el estilo de vida de otros pueden volverse, en un abrir y cerrar de ojos, un retrato de la propia vida. Y que conste que el lujo y la privacidad siguen siendo tan apetecibles como siempre para los que pueden permitírselo