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UNA JORNADA COMPLICADA

Nerviosa y entre lágrimas: así ha sido el juicio contra Isabel Pantoja

  • Lito Reyes
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El juicio contra Isabel Pantoja por un presunto delito de insolvencia punible ya ha comenzado. En torno a las 9:30 de la mañana, la tonadillera llegaba al Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga. La artista se enfrenta a la posibilidad de ingresar de nuevo en prisión, seis años después de dar carpetazo a su encierro en la cárcel de Alcalá de Guadaira por el caso Malaya.

Isabel Pantoja sola y de negro, en el juicio. / Gtres

Vestida de negro, el pelo recogido, mascarilla y gafas de sol oscuras, la artista se presentaba en el tribunal en compañía de su hermano Agustín, que iba por detrás de ella, y escoltada por agentes de la Guardia Civil. Una ingente cantidad de reporteros, cámaras y periodistas se agolpaban a las puertas del recinto y no han dudado en rodear a Pantoja cuando la han visto llegar.

Ha sido a las 10:11 de la mañana cuando Isabel Pantoja ha entrado en la sala. La tonadillera, ya sin gafas de sol, estaba llorando y temblando, y el magistrado, al ver la situación, le ha pedido que se relaje. En este momento, la cantante estaba fuera de sala, ya que, al ser testigo, se le llama más tarde para declarar. Debido a un problema informático se ha tenido que hacer un breve receso de cinco minutos, hasta solventar la incidencia, que ha quedado resuelta a las 10:42, cuando se ha reanudado el proceso.

Isabel Pantoja, muy afectada y entre lágrimas. / Gtres

Después del receso, en torno a las 11:35, el tribunal ha llamado a declarar a la cantante, que se ha acogido a su derecho. La tonadillera ha dicho que de temas «de papeleo no sabe», pero ha confirmado que era la administradora única de la empresa: «la única que dirigía la empresa soy yo», ha explicado. En algún momento, Pantoja ha recalcado al juez que tenía problemas para escuchar lo que le estaban diciendo y ha pedido que le repitan alguna pregunta.

La artista ha comentado que las deudas pendientes «se han pagado como se ha podido» y ha descartado que no tiene conocimiento de todos los movimientos de la empresa: «ojalá lo supiera». Pantoja ha insistido en que cuando supo lo de la casa ella estaba en la cárcel: «cuando yo supe lo de la casa estaba privada de libertad y me llegó la notificación allá», ha dicho. La madre de Kiko Rivera se ha responsabilizado de la situación:  «me echo la culpa yo. Puse todos mis bienes como aval de esta casa. Yo lo que quería era salvar todo mi patrimonio», ha especificado.

Isabel Pantoja antes de declarar. / Gtres

En torno al tema del poder notarial, Pantoja ha explicado los motivos que la llevaron a firmarlo: «si la casa salía a subasta se perdía, no era la casa, de perdían todos mis bienes. Todos mis bienes estaban avalados por esa casa», ha comentado. «Yo le firmo a mi hermano ese poder delante del notario y del abogado para vender esa casa y que quedara todo liquidado lo que se debía. La casa era realmente del banco», ha recalcado.

Una posible condena de tres años de cárcel

Isabel Pantoja se enfrenta a una posible vuelta a prisión. Seis años después de su finalizar su anterior condena, ahora se la juzga por un presunto delito de insolvencia punible que, supuestamente, se habría cometido a través de su sociedad Panriver 56. Un hecho que tiene relación directa con la venta de la casa de la urbanización La Pera en el año 2015. Una transacción en la que intervino su hermano, que tenía un poder. La defensa de Pantoja se basa precisamente en que la artista estaba en prisión cuando se produjo la venta y, por tanto, no tenía constancia de nada.

Sin duda, es uno de los peores momentos para la cantante, ya que además ha perdido recientemente a su madre, doña Ana, su hermano Bernardo se encuentra ingresado por problemas de salud y la relación con su hijo mayor es complicada.

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