El hermano de Cayetano y su sobrino Carlos responden a la última polémica familiar

Se acerca el 20 de noviembre, fecha tan crucial como triste en la Casa de Alba por recordar el fallecimiento de la que su jefa durante seis décadas, Cayetana Fitz-James Stuart. Desde su marcha, a los 88 años, hasta la actualidad, sus hijos han realizado cada aniversario una misa en honor a la inolvidable figura de su madre. Una bonita iniciativa que siempre ha tenido como organizador a Cayetano Martínez de Irujo, quien algunos señalaban como hijo favorito de la duquesa.

La buena intención para honrar la memoria de su madre no ha servido para evitar los conflictos dentro del clan. Desde que falleciera la carismática duquesa de Alba, los desencuentros entre sus hijos han sido una constante. La familia se ha acostumbrado a vivir con continuas turbulencias. Especialmente agrio ha sido el enfrentamiento entre Carlos y Cayetano, cuyo detonante fue el veto del primero hacia Genoveva Casanova, exmujer del segundo, en una cena de Navidad.

Con mucho trabajo han conseguido limar asperezas, «pero nunca se está unido del todo, es cuestión de tiempo», como decía otro hermano, Fernando Fitz-James, hace algunas semanas. Un nuevo ejemplo de eso es que el acto religioso en memoria de doña Cayetana solo contará con la presencia de uno de sus hijos: Cayetano Martínez de Irujo.

Una situación que podría entenderse como la reapertura de viejas heridas entre los Alba. Tras darse a conocer tan sonadas ausencias, la propia familia ha opinado. Precisamente, se ha preguntado al marqués de San Vicente del Barco por esto. Reconoce no poder acudir porque «no podemos». Pero descarta por completo que tenga algún problema con su hermano: «Yo no». Unas palabras que se podrían entender como que otros hermanos sí lo tuvieran. En la misma línea se muestra Carlos Fitz-James, el nieto de la duquesa, si bien prefiere pasar de puntillas por este delicado asunto.

Pero algo ha cambiado este año. El jinete organiza, asiste y sus hermanos colaboran activamente. Fernando y Eugenia Martínez de Irujo han participado económicamente y han contribuido en el ramo de flores, la esquela y los costes de la misa. «Un bonito detalle», como ha reconocido el propio Cayetano en declaraciones a Jaleos, quien tiene claro que nunca faltará al tributo a su madre, siempre que su delicada salud se lo permita. Un homenaje que se realiza en la iglesia de la Hermandad de los Gitanos, templo al que la duquesa estuvo muy unida en vida y donde permanecen sus cenizas.

Será el próximo 21 de noviembre cuando se lleve a cabo el evento, un día más tarde del aniversario. El motivo es una competición hípica en la que el jinete participará el sábado por la mañana. Cuando acabe, se marchará directo a la capital andaluza para ultimar preparativos de cara a la misa del domingo. En lo que a su estado de salud se refiere, el duque de Arjona se ha recuperado satisfactoriamente de la undécima operación gastrointestinal a la que se sometió, el pasado mes de mayo. Un bache para el que contó con el apoyo de todos sus hermanos, que no dudaron en ir al hospital.