Carmen Lomana: "Siempre he sido muy punki y me escandalizan muy pocas cosas salvo la falta de ética"
Si hay un personaje dentro de la crónica social española que siempre acapare titulares haga lo que haga, esa es Carmen Lomana. Estos días presenta en sociedad su libro de memorias Pasión por la vida, editado por La Esfera de los Libros, donde repasa las mejores vivencias de su vida, su infancia en Logroño hasta los 10 años y partir de ahí y toda la adolescencia en San Sebastián. Carmen rememora cómo esperaba con ansia la llegada de hermanos, cosa que empezó a suceder cuando llegó la primera de los tres que tiene, María José, teniendo ella sólo cinco años.
Su juventud en Londres y conocer a Guillermo
Todo cambió en la vida de Carmen cuando abandonó el nido familiar y se fue a vivir a Londres para «poder aprender bien inglés» y fue allí, en esa ciudad y trabajando para el banco Santander, cuando conoció al que sería el amor de su vida, su único marido, Guillermo, del que tristemente se quedaría viuda. Lo conoció en un pub de jazz una noche que ella había salido. En su libro Lomana relata su noviazgo, un embarazo ectópico que terminó con una operación en la que el ginecólogo le extirpó también una de sus trompas sanas lo que la dejó estéril. Después llegaría la boda en Asturias el 13 de diciembre de 1975. Un enlace que recuerda con cariño y humor puesto que pusieron de comida fabada, algo que ella misma recuerda como una «ordinariez». Otra de las cosas que rememora es que su padre no quiso ejercer de padrino ya que no estaba de acuerdo con ese matrimonio. Aún así, la boda fue muy emotiva.
Carmen, viuda
Sin embargo esa vida de ensueño tendría una fecha de caducidad con la inesperada muerte de Guillermo en un accidente de tráfico que dejó paralizada en seco la vida de Carmen. «Nos sobraba el mundo porque éramos tremendamente felices. Dábamos gracias a Dios por lo bien que estaban sus padres, mi madre, nuestros amigos….». Pero la muerte llegó un día después de haber dado un largo paseo en el que, sin saberlo, se estaban despidiendo para siempre. «La muerte de Guillermo supuso un punto de inflexión en mi vida. De la noche a la mañana cambió todo de manera radical. Mi vida se paralizó. Todo se tornó de otro color, y me costó arrancar de nuevo. Viví mis días más tristes, me quedé sin ganas de vivir, sin ganas de ser yo. Ahí empecé, sin saberlo, el viaje a esta Carmen actual», narra en las páginas de su libro.
Vida en Madrid y salto a la fama
Fue ahí, cuando se quedó viuda, cuando Carmen decidió trasladarse a vivir a Madrid a la casa que había comprado con Guillermo y de la que reconoce no tener apenas recuerdos en ella con él.
Su salto a la fama fue en septiembre de 2008. En aquella época España vivía la salvaje crisis económica y estando ella en la tienda de Dior, un cámara de Televisión Española la entrevistó preguntándole qué opinaba de la situación. Concretamente dijo que «la crisis era terrible para el que tenía mucho patrimonio porque se había quedado sin cash, pero no a la gente de pocos recursos porque poco tenía que perder». No era famosa pero esas declaraciones la convirtieron en una más del papel cuché. Fue muy criticada pero le dio el salto definitivo a la fama.
A partir de ahí Lomana se convirtió en un personaje más de la vida social española siendo habitual en las mejores fiestas así como en platós de televisión y radios. También colabora en medios de comunicación y tiene una intensa vida social no exenta también de polémicas. Es espontánea, tremendamente generosa y cariñosa cuando la llamas para hacerle una entrevista como esta y mucho más culta e informada de lo que mucha gente pueda pensar por esa imagen ciertamente frívola que ella misma cultiva con un enorme sentido del humor.