Carla Vigo cumple 19 años de ‘normalidad’ buscada

El lema que abandera su perfil en Instagram es que “se vive mejor bailando”. Se hace llamar @reinadelentejuelas y quiere ser actriz. Tres ingredientes cuya suma da como resultado a una artista en ciernes o, como poco, a un intento de serlo. Le preceden las ganas, la juventud y la vocación, pero tal vez le lastre ser quién es: la sobrina de la reina Letizia, hija de su hermana fallecida Erika Ortiz y del escultor Antonio Vigo. Ella es Carla Vigo, y hoy celebra sus 19 primaveras en un pseudoanonimato fruto de no haber aparecido nunca en público junto a su tía desde su más tierna infancia.

Es por eso que la imagen que de ella tienen los españoles es la de aquella niña de minúsculos rizos que, juntos a los primos Borbón, hijos de las infantas Elena y Cristina, se vistió de Lorenzo Caprile para conformar el precioso elenco de pajes de los príncipes de Asturias el día de su boda, el 22 de mayo de 2004. Así la recordamos, esperando entre el alboroto propio de los niños a los pies del altar mayor de La Almudena mientras recibía una histórica patada del travieso Froilán. Solo tres años después, aquella niña de aspecto frágil perdía a su madre una mañana de febrero del 2007 en trágicas circunstancias.

Desde entonces, Carla Vigo pasó a ser patrimonio muy privado de la familia de su padre, pero también de la de su madre. Los Ortiz Rocasolano se volcaron en ella, incluida la propia Letizia, quien siempre ha seguido estando muy cerca de su sobrina. Junto a su padre, Carla se trasladó a vivir a Aranjuez, donde el escultor empezó a impartir clases en un instituto y donde vive junto a su segunda mujer, con la que tuvo un hijo.

Estudia en un Instituto Público de Madrid y hace una vida normal juntos a los amigos de su edad. Es activa en las redes sociales, como toda su generación, y si tiene que defender a su familia lo hace sin pudor. En su perfil, alguna vez se ha quejado de las críticas que recibe su tía -la Reina de España- y ha salido en defensa de su prima Leonor.

Con ellas, por cierto, jamás ha subido ninguna fotografía. Comparte con ellas momentos familiares privados, pero nunca en público. Ha mostrado su compromiso con el cambio climático, con la igualdad y salió a manifestarse el 8m asegurando “mi abuela luchó, mi madre luchó y aquí estoy ahora luchando yo”. Carla intenta ser una joven normal con una vida normal, dentro de la normalidad que puede haber en unas circunstancias como las suyas.