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Los 52 años de Vicky Martín Berrocal: la mujer que ya no quiere ser perfecta, quiere ser feliz

Vicky Martín Berrocal tuvo una infancia extraña, pero la convirtió en una gran mujer

La diseñadora trabajó como representante de toreros donde conoció a Manuel Díaz

Vicky Martin Berrocal. (Foto:Gtres)
Vicky Martin Berrocal. (Foto:Gtres)

Vicky Martín Berrocal es una gran madre, una gran hija, una gran profesional, una gran mujer… pero no es perfecta. Tampoco tiene que serlo, pero, por muchos años, pensó que sí. La perfección no existe y, aunque a lo largo de su juventud se obsesionó con ella, al cumplir sus 5 décadas de vida, se dio cuenta de que era inalcanzable. Lo que sí ha podido alcanzar es el éxito de lo que sembró y recogió. Ha hecho muchas cosas en estos 52 años y su vida no fue fácil; nadie le regaló nada. Viene de una familia de trabajadores y eso lo heredó de ellos. Ha trabajado y sigue trabajando, tanto en sus proyectos personales, como son sus libros, su podcast, su participación en diversos concursos televisivos, el que ha creado junto a su familia «Las Berrocal» o su firma de moda, como en su faceta como madre, pese a que nunca quiso serlo.

Amante de la moda, cocinera ya experimentada, siempre ha sido una artista. Vicky es talentosa y tiene mucho arte; lo derrocha por los cuatro costados en cada una de las cosas que se propone. Como cuando tocó el piano, bailó ballet o aprendió flamenco. De eso ya han pasado muchos años, pero su esencia vivaz, su naturalidad y ese carácter la han convertido en la mujer que es hoy, pero sin olvidar la niña que fue.

Vicky Martín Berrocal y sus padres. (Foto:Instagram)

Vicky Martín Berrocal y sus padres. (Foto:Instagram)

Sus primeros años

Es medio madrileña, medio onubense. Medio castiza, medio andaluza, pero ante todo, muy flamenca. Vicky nació en Sevilla un 11 de marzo de 1974 de una madre soltera de 25 años. Tuvo una infancia extraña. Su progenitora, Victoria, dio a luz sola en Sevilla y, tras ocultar su embarazo, se presentó con su hija en casa de sus padres. No quería que la recriminaran, pero tampoco que la abandonaran. Esta trabajó como dependienta desde los 15 años y después hizo todo lo posible por hacer feliz a su niña. Le contagió su valentía a la diseñadora, igual que hizo su padre. Él no estuvo en su nacimiento. Por ese entonces acababa de hacerse con la empresa de autocares Damas y era presidente del Recreativo de Huelva. Más tarde abriría su ganadería, El Toril. Dicen que él se enamoró de ella antes de conocerla, cuando pasaba por la calle de la Concepción, pero ella ya le llevaba en su corazón, sabiendo de él solo su nombre, José Luis.

Vicky Martín Berrocal y su padre. (Foto:Gtres)

Vicky Martín Berrocal y su padre. (Foto:Gtres)

Vicky creciera sin su padre, pero eso no impidió que fuera su gran ejemplo. Su progenitor llevó durante muchos años una vida paralela. Dos, mejor dicho, una en Madrid y otra en Huelva. Entre viaje y viaje nacieron todos sus hijos: Marisa, José y David en la capital española, y ella y Rocío en Huelva. Porque José Luis tuvo 5 hijos y 2 mujeres. La diseñadora se enteró de que había conocido a uno de sus hermanos de vacaciones por accidente, pero no lo descubrió hasta muchos años después, ya de adultos, viviendo ambos en Madrid.

Sus problemas con su cuerpo

Antes de trasladarse a la capital, Vicky se fue a un internado en Suiza. Fue por aquel entonces cuando vivió una experiencia que sigue grabada en su mente. Un recuerdo que ahora no le afecta, pero que le afectó mucho. Con solo 14 años tuvo su primer encontronazo con su cuerpo. A esa edad, Vicky llevaba una talla 44. Una talla que le pesó muchos años y de la que tardó en darse cuenta de que solamente era un número. Las medidas que no definían lo que era. Por aquel entonces ella sólo buscaba un vestido para una fiesta, pero la dificultad para encontrarlo le afectó. La experiencia permaneció en su mente y se convirtió en una enseñanza. Una enseñanza que ha vuelto en forma de lección. Le afectaba que la llamaran gorda, pero ya no. Ya no ve a la báscula como un enemigo o un problema más con el que luchar, sino como un elemento más del hogar.

Vicky Martín Berrocal . (Foto:Gtres)

Vicky Martín Berrocal . (Foto:Gtres)

Como le decía su abuela, «que te entre por un oído y te salga por el otro», y así hizo. Ha tardado mucho en darse cuenta de que la vida es suya y de nadie más y que tiene que vivir por y para ella. A sus 52 años ya no le importa que la juzguen o la rechacen. Sus heridas profundas le han llevado a tener una personalidad fuerte y ya no teme hablar de sus miedos o sus inseguridades, que fueron muchas, y por las que tantas lágrimas derramó ante el espejo. Porque tal y como ella asegura, sabe quién es y de dónde viene. Quiere ser feliz, no perfecta.

Manuel, y su hija Alba

La pasión por la moda le vino de su madre y el amor por el mundo de los toros, de su padre. Allí se enamoró, entre corridas y la arena del ruedo, mientras ejercía de representante de toreros. Uno le robó el corazón, Manuel Díaz «El Cordobés». Su romance se mantuvo en secreto los primeros años antes de casarse por todo lo alto en Sevilla en 1997.

Vicky Martín Berrocal con sus padres y Manuel Díaz. (Foto:Gtres)

Vicky Martín Berrocal con sus padres y Manuel Díaz. (Foto:Gtres)

De la humildad y sencillez de ambos nació su hija Alba, por accidente, casi de casualidad, pero ninguno se arrepiente. Vicky ha confesado varias veces que nunca había pensado ser madre, cada vez que veía un carrito de bebé huía, pero cuando llegó el momento, quiso a la pequeña como no había querido antes.

Vicky Martín Berrocal con su hija Alba. (Foto:Instagram)

Vicky Martín Berrocal con su hija Alba. (Foto:Instagram)

Se enteró de que estaba embarazada en una consulta médica, pero no del ginecólogo como sería lo habitual, sino por una litotricia. Vicky entró en el hospital por una piedra en el riñón y salió sabiendo que iba a tener un bebé. Alba nació a las 19:30 de un 12 de diciembre de 1999 y desde entonces no ha parado de sacarles sonrisas a sus padres, hasta en los peores momentos. Puede que fuera ella la causante de la resistente amistad de Vicky y Manuel después de su separación. La pareja decidió seguir caminos separados en el 2001, pero aunque se bifurcaron, no se distanciaron demasiado. Pasaron de marido y mujer a ser muy buenos amigos.

Vicky Martín Berrocal y Manuel Díazcon su hija Alba. (Foto:Instagram)

Vicky Martín Berrocal y Manuel Díazcon su hija Alba. (Foto:Instagram)

Su marca y su nueva etapa

Tras la separación, Vicky se zambulló de lleno en su carrera profesional. Había estudiado Marketing y Ciencias empresariales y aprendido del mundo de la costura junto a Ángel Schlesser. En 2003 se marcó una victoria, y así la llamó. Su firma de moda tiene su mentalidad. En ella diseña vestidos de fiesta, de novia y de flamenca; hasta vistió a una Barbie en una ocasión. Sin importar la talla, la morfología o la edad de sus clientas. Sólo busca hacerlas felices sin tener que pertenecer a un canon de belleza o una tabla de medidas, porque el estilo y el ir guapa no se mide en centímetros de tela.

La felicidad que ansía darle a sus clientes intenta vivirla ella también. Vicky ha tenido varios amores en su vida, pero no terminaron de salir bien. Puede que el destino esté esperando para poner al definitivo en su camino. La colaboradora televisiva nunca se ha cerrado las puertas y siempre ha estado abierta a enamorarse, pero parece que está totalmente centrada en su carrera.

Vicky Martín Berrocal y las mujeres de su vida. (Foto:Instagram)

Vicky Martín Berrocal y las mujeres de su vida. (Foto:Instagram)

Una carrera que está despegando en los medios de comunicación con sus proyectos propios. Tras el inicio de su Podcast, donde se abre en canal con sus invitados, se ha embarcado en el formato documental. Ella y las mujeres de su vida pronto estrenarán un docu-reality. En él Alba, Rocío, Victoria y Vicky, revelan sus detalles más personales. La cara B de las Berrocal que no siempre se ve.

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