Biden financió la creación de ‘listas negras’ de medios de comunicación de derechas

Una investigación periodística revela que el Departamento de Estado subvencionó un índice de la desinformación que en España puso a TVE de Sánchez como el medio más creíble del país. El Departamento de Estado de la administración de Joe Biden financió con el dinero de los contribuyentes una campaña continuada de desprestigio y estrangulamiento económico de los medios de comunicación conservadores en EEUU.

Según una investigación del diario Washington Examiner, el Gobierno de Biden ha venido regando con ayudas públicas que superan el medio millón de dólares a una ONG de vigilancia de la desinformación, conocido como el Índice de Desinformación Global (IDG) con sede en Londres, que precisamente se centra en censurar mayormente medios de comunicación no de izquierdas o conservadores.

Según cuenta Washington Examiner, el modo de proceder entre bastidores del Departamento de Estado para acabar con el mayor número posible de medios de comunicación no alineados con sus intereses consistió en destinar más de 300.000 dólares a dos entidades que formaban parte del entramado del Índice de Desinformación Global. Esta organización se dedica, siempre según el diario de la capital estadounidense, a crear listas negras de medios de comunicación que son posteriormente enviadas a las grandes cuentas de anunciantes para ahuyentarles de los medios que ellos consideran como poco fiables.

De hecho, se da la paradoja que los anunciantes a través de sus agencias de publicidad recurren cada vez más a los consejos de ONGs o fundaciones supuestamente «apolíticas» que afirman estar trabajando para detectar y combatir la «desinformación» en Internet. The Washington Examiner ha tenido acceso a fuentes, correos electrónicos y memorandos donde queda de manifiesto la intencionalidad clara por parte de estas organizaciones de crear «listas negras» de medios de comunicación con el objetivo no sólo de provocar problemas financieros sino también para limitar el discurso desfavorable frente al Gobierno de Joe Biden.

Medios conservadores castigados

Los medios de comunicación que, como resultado, han ido perdiendo anunciantes e ingresos por publicidad son abrumadoramente conservadores e incluyen al Washington Examiner, el Daily Wire, la revista Reason, RealClearPolitics y Breitbart. «Es devastador», reconoció al Washington Examiner, Mike Benz, un ex asistente adjunto del Departamento de Estado para comunicaciones internas y política de información. «La implementación de controladores de la información que hunden los ingresos publicitarios como Newsguard, el Índice de Desinformación Global y otros ha bloqueado por completo el acceso a las fuentes de noticias alternativas para competir en igualdad de condiciones con los medios de comunicación oficiales, como CNN y el New York Times».

El índice de Desinformación Global califica a los medios de comunicación en función de su supuesto factor de «riesgo» de desinformación, según su sitio web. En el caso de EEUU, al menos 2.000 sitios web están incluidos en esta lista de exclusión, que -afirma The Washington Examiner- «tuvo un impacto significativo en las cuentas de ingresos publicitarios destinados a esos medios online».

Curiosamente, en España el IDG presentó hace dos años, en plena pandemia de coronavirus, su estudio sobre el nivel de riesgo de desinformación y precisamente puso encabezando la lista de los medios con menor peligro a TVE, Cadena SER, El País, El Plural, La Vanguardia, El Diario, La Sexta y el As. El único medio de derechas que identificó en undécima posición fue al ABC. Ningún otro apareció clasificado por su mínimo riesgo de desinformar.

Asegura el amplio reportaje de investigación estadounidense que el IDG se apoya en otras ONG norteamericanas que han recibido fondos públicos para hacer un seguimiento de la desinformación. Una de ellas registró 345.000 dólares de ingresos en 2020. Precisamente, los ingresos proceden también de las suscripciones que abonan las agencias de publicidad para recibir actualizados los datos sobre la desinformación.

The Washinton Examiner pone como ejemplo el caso la empresa Xandr, una compañía tecnológica que Microsoft compró a AT&T en 2021 por 1.000 millones de dólares. Pues bien, Xandr informó a los medios hace cinco meses que comenzaría a adoptar la lista de exclusión de IDG para castigar el contenido que es «moralmente reprobable o evidentemente ofensivo», que carece de «valor social» o «podría incluir información falsa o engañosa».
Las listas de exclusión de IDG cuentan con el asesoramiento de un panel de expertos del que forman parte periodistas, profesores y científicos de datos.

Entre los asesores se incluye a Ben Nimmo, responsable global de inteligencia de amenazas en Facebook; la periodista Anne Applebaum, quien llegó a decir que las actividades en el extranjero del hijo de Joe Biden, Hunter Biden, no eran «interesantes», y la argentina creadora del verificador de noticias Chequeado, Laura Zommer.

The Washington Examiner revela estar dentro de las listas negras del IDG a la vez que reprocha que nunca nadie de la ONG se puso en contacto con ellos ni fueron informados exactamente por qué no había cumplido con los estándares contra la desinformación.