La fugada Rovira descarta negociar los presupuestos porque su libertad «no tiene precio»

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha descartado este viernes ser la número dos de ERC en las elecciones europeas y ha aplaudido que el número uno sea el líder del partido actualmente en la cárcel, Oriol Junqueras: «Está muy bien».

Presupuestos

Ha defendido la decisión del independentismo de rechazar cualquier negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) mientras el Gobierno central no tome decisiones que influyan en positivo sobre la situación de los presos soberanistas y los líderes en el extranjero.

«¿Cuántas partidas presupuestarias vale mi libertad? ¿Mi libertad tiene un precio? Si alguien pone un precio a mi libertad lo estará poniendo a los ciudadanos que me votaron», ha concluido la republicana.

Sobre el futuro del proceso independentista, se ha mostrado convencida de que Catalunya será un Estado, y ha abogado por no renunciar a ninguna vía como por ejemplo la «desobediencia civil», pero ha pedido que siempre sea desde el pacifismo.

En una entrevista en Catalunya Ràdio recogida por Europa Press, ha pedido al independentismo recuperar la unidad de acción, aunque ha asegurado que esto no pasa ni por concurrir juntos a las elecciones ni por crear nuevas plataformas políticas.

División independentista

«Nos tenemos que entender, tenemos que volver a consensuar», ha afirmado la dirigente republicana, que en el mes de marzo se fue a vivir a Suiza para no comparecer ante el Tribunal Supremo en la causa por la que se investiga el proceso soberanista.

En pleno debate sobre si el independentismo tiene que ir en una misma lista a las próximas contiendas electorales y también en plena gestación de la Crida Nacional, Rovira ha advertido: «La unidad no pasa por crear plataformas electorales, no tenemos que caer en esta trampa».

Se ha mostrado partidaria «de la unidad de acción estratégica al margen de las contiendas electorales», y ha afirmado que la transversalidad del independentismo es una riqueza que no se debe tratar de cambiar.

Pese a esta advertencia velada a la Crida Nacional, que impulsa el expresidente Carles Puigdemont, ha asegurado que tiene contacto con él, y que al principio era más tímido, pero últimamente ha ganado «más intensidad».

Suiza

En sus primeros meses en Suiza ha optado por tener un perfil bajo en los medios, y ha explicado el porqué de este silencio: «Había tantos relatos y tantas versiones que me vi superada, pesaba qué aportaría mi versión y opté por trabajar discretamente».

Ha asegurado que se marchó de España porque estaba convencida de que el Supremo dictaría cárcel contra ella, y emprendió su marcha a Suiza para poder seguir viviendo con su marido y con su hija.

La secretaria general de ERC, que dejó su escaño en el Parlament el día antes de su partida, ha revelado que en una visita en la cárcel al presidente de su partido, Oriol Junqueras, le anticipó que contemplaba no comparecer ante el Supremo, y que éste le dijo que «ya había suficiente gente en la cárcel».

Ha pedido que no se trate de enfrentar a los líderes soberanistas que comparecieron ante la justicia y acabaron en la cárcel, y los que, como ella, decidieron no hacerlo y se fueron a vivir a países extranjeros.

«No tenemos que contraponer nunca el exilio y la cárcel. Son dos caras de la misma moneda, que es la represión del Estado. La cárcel para mí es la cara más dura y el exilio tiene que ser el altavoz, nos tiene que permitir explicar esta represión», ha zanjado.

Ha dado las gracias por el apoyo que ha recibido su familia desde que decidió marchar, y ha explicado que eligió Suiza como destino porque «Ginebra es la sede de los derechos humanos» y cree que allí los catalanes pueden trabajar mucho en la defensa de este asunto.