Atracan al embajador de Afganistán en pleno centro de Barcelona en una noche con tres ataques violentos

El embajador de Afganistán en España fue víctima, este domingo por la noche, de un atraco violento por parte de menores no acompañados marroquíes en la Vía Laietana de Barcelona. Según explican fuentes presenciales y policiales a este periódico, la víctima fue acorralada por varios menores mientras andaba por una de las principales calles de la ciudad, cerca de la Catedral, del ayuntamiento y del Palau de la Generalitat. Una vez lo tuvieron rodeado, aprovecharon el momento de indefensión para arrancarle el reloj. A raíz de la violencia ejercida, el diplomático cayó al suelo y se hizo heridas leves.

No es la primera ocasión que representantes de otros países son víctimas de los menas en Barcelona. Hace unos meses, una viceministra de Corea del Sur murió como consecuencia de una caída después de que varios menores no acompañados le estiraran el bolso desde un vehículo a motor cerca del centro comercial Diagonal Mar. Tras varias horas hospitalizada, la alto cargo acabó muriendo.

En el caso de este domingo, los hechos ocurrieron alrededor de las diez de la noche, mientras la Guardia Urbana realizaba un gran despliegue policial en el barrio del Raval de Barcelona. Los agentes se desplegaron para dar caza a seis jóvenes marroquíes menores de edad, que horas antes habían protagonizado un apuñalamiento en la calle Sant Climent de este barrio barcelonés, a escasos 700 metros de donde fue agredido el embajador de Afganistán. A última hora de la noche de este domingo, todavía no habían sido detenidos.

Pero estos dos incidentes no fueron los únicos que se registraron anoche en la ciudad condal. En la Plaza Folch i Torres de la avenida del Paralelo, cerca  del Raval, una pareja de turistas fue rociada con gas pimienta por parte de dos menores no acompañado de origen argelino, con el fin de robarles el teléfono móvil. El suceso, alrededor de las nueve de la noche, ocurrió en la misma zona en la que este domingo OKDIARIO les relataba la multitud de atracos que hay protagonizados por menas, que tienen ahí uno de los lugares de acogida.