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Economía

Siete casas de apuestas acaparan la financiación de todos los equipos de LaLiga Santander

Las casas de apuestas han crecido tanto en nuestro país que el deporte Rey en su conjunto pende de un sector que patrocina a la práctica totalidad de los equipos que militan en Primera División. El ‘coto’ que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere poner a la publicidad de estas empresas podría suponer un auténtico varapalo para las cuentas de muchos de los equipos más potentes de nuestro país… e incluso a la propia Liga Santander.

LaLiga Santander y Sportium llevan juntos más de cuatro años, desde que en 2014 firmaran su alianza. Un acuerdo, que se renovó recientemente, hasta 2019, a razón de unos cinco millones de euros al año. Además, hasta siete empresas de apuestas tienen firmados patrocinios con diecinueve de los veinte equipos que componen la Primera División española.

El principal ‘motor’ económico dentro del sector es Bet365, que patrocina a la mitad de los equipos de LaLiga Santander. Athletic, Espanyol, Éibar, Villarreal, Betis, Getafe, Celta, Rayo Vallecano, Real Valladolid y Huesca cuentan con un contrato de patrocinio con la compañía.

La segunda casa de apuestas con más representación en nuestra Liga es Betway, con el Alavés, el Leganés y el Levante; mientras que Bwin (Atlético de Madrid y Valencia) y Betfair (Barcelona y Sevilla), empatan en el tercer puesto del podio.

Codere (Real Madrid), Luckia (Deportivo) y el Dorado (Huesca), completan el tejido empresarial de casas de apuestas que se encuentra en LaLiga Santander que, de este modo, vería muy minada su financiación si el Ejecutivo de Pedro Sánchez decidiera limitar estos patrocinios. Sólo la Real Sociedad no cuenta con una casa de apuestas entre sus patrocinadores.

En España, solo el juego online mueve más de 8.000 millones al año, según el Anuario de Estadísticas Deportivas 2017 del Ministerio de Educación. En Italia, a partir del próximo año, no podrán publicitarse las casas de apuestas. Y no sólo eso, el Ejecutivo de Giuseppe Conte también prohibió los patrocinios del sector en el fútbol, animando así al resto de países que componen la Unión Europea (UE).