Repsol invertirá 1.800 millones este año para duplicar su producción de energías renovables

Repsol dará este año un importante impulso al desarrollo de su cartera de generación de energías renovables. Su objetivo: duplicar la capacidad instalada que tenía al final de 2022 (cerca de un gigavatio de potencia) durante este ejercicio. Para ello, la energética que dirige Josu Jon Imaz destinará 1.800 millones de euros a “inversiones en generación baja en carbono”. Esa cifra equivale al 35% del total de inversiones orgánicas previstas para 2023, cifradas en un total de 5.000 millones de euros. Con estos desembolsos, Repsol cerrará el año con más de 1.800 megavatios en operación en España.

En lo que va de año, la energética ha desplegado una intensa actividad en el desarrollo de esta estrategia, especialmente en las energías eólica y fotovoltaica. Eso incluye la puesta en producción de su primer parque eólico en Castilla y León, denominado PI. El proyecto está formado por siete parques implantados en Valladolid y Palencia con una capacidad total instalada de 175 megavatios. Una vez concluido, el complejo PI producirá 596 megavatios/hora de energía renovable al año.

A finales del pasado mes de febrero, la compañía cerró la compra de tres proyectos eólicos y dos de energía solar fotovoltaica -en pleno desarrollo- a la alemana ABO Wind que se encargará de la construcción y puesta en marcha de los parques. Las instalaciones se ubican en Palencia y se integrarán con parte del proyecto eólico castellano-leonés. Se prevé que entren en funcionamiento entre 2024 y 2025.

Esta compra incorpora a la cartera de renovables de Repsol 250 megavatios/hora de capacidad, lo que eleva a 3,2 gigavatios la capacidad total de generación (incluidas sus centrales hidroeléctricas y de bombeo) en todas sus fases de desarrollo: «Operación, construcción y avanzado estado de desarrollo», como las definen en la compañía energética.

También en Aragón, la sociedad que preside Antonio Brufau tiene en operación el proyecto Delta, con 335 megavatios/hora de capacidad en el que participa Pontegadea, la sociedad patrimonial del empresario Amancio Ortega. La venta a Pontegadea del 49% de la planta supuso la apertura de una nueva política de alianzas con la que dar entrada a socios financieros para acelerar el crecimiento de Repsol en esta área.

Al proyecto eólico castellano-leonés se añaden otros 100 Megavatios que ya operan en el parque aragonés Delta II. Un complejo formado por 26 parques diferentes instalados en las tres provincias de esa comunidad autónoma y con el que desarrolla 860 megavatios de capacidad total instalada. El complejo Delta II tiene ya cuatro parques operativos y prevé iniciar próximamente la construcción de otros 18.

Desarrollo solar

Otro caso de colaboración con socios financieros es el de Valdesolar, la instalación pacense ubicada en la localidad de Valdecaballeros. La planta fotovoltaica cuenta con una capacidad total instalada de 264 megavatios. Su propiedad se reparte entre Repsol (51%) y el fondo británico especializado en la promoción de proyectos renovables The Renewables Infrastructure Group (TRIG).

En Castilla-La Mancha, la energética española tiene operativo el complejo fotovoltaico Kappa, instalado en la localidad de Manzanares (Ciudad Real), con una capacidad de 126,6 megavatios/hora. El parque está participado también por Pontegadea que controla el 49% del capital.

Dentro del acuerdo alcanzado con ABO Wind se incluyen tres plantas fotovoltaicas Sigma (Cádiz); Trillo (Guadalajara) y Villena (Alicante) que, además, amplían la cobertura geográfica de la red de instalaciones que desarrolla la compañía. Una vez sean operativas aporarán, en conjunto, 494 megavatios de potencia.

En los mercados internacionales, Repsol ha puesto en servicio en Chile el parque Atacama. El proyecto, con una potencia instalada de 165,3 megavatios, ha sido realizado a través de una  joint venture con Grupo Ibereólica Renovables, y es el segundo que ambas compañías desarrollan conjuntamente en el áerea eólica.

Estrategia cero

Según el plan estratégico 2021-2025 que Repsol tiene en marcha, la descarbonización de la cartera de activos debe cumplir el objetivo de facilitar, de manera rentable, la trasformación de la compañía en 2030 con el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas en 2050.

Eso supone entender la descarbonización como una oportunidad de negocio basada en plataformas de crecimiento rentables que aprovechen los negocios tradicionales como generadores de la caja necesaria para desarrollar esa transición.

Repsol aprovechará su liderazgo, dentro de la Península Ibérica, en los negocios comerciales y la consideración de España y Portugal como mercados prioritarios para el desarrollo de proyectos de hidrógeno renovable, economía circular y las amplias fuentes de energía renovables que ofrecen.