El colegiado sacó adelante su estreno en un Barcelona-Real Madrid

El VAR salva el aprobado de Martínez Munuera en el Clásico

Martínez Munuera se estrenó en el Clásico con una actuación positiva, marcada por la ayuda del VAR en la acción del penalti de Lenglet sobre Sergio Ramos. El colegiado alicantino supo controlar la tensión de los jugadores de Barcelona y Real Madrid

Barcelona y Real Madrid se midieron en un Clásico con muchas novedades. Una de las principales fue el estreno de Martínez Munuera, que culminó una actuación positiva en el Camp Nou, ayudado por la intervención de Sánchez Martínez desde el VAR para que el árbitro acabara señalando penalti de Lenglet a Ramos, en la acción esencial del partido.

El colegiado alicantino se enfrentaba al partido de los partidos y lo hacía bajo el catálogo de árbitro sobrio que ha ido progresando paso por paso hasta contar con el nivel suficiente como para hacerse cargo de todo un duelo Barcelona-Real Madrid. Martínez Munuera no quiso que el encuentro se le fuera de las manos, y a pesar de dureza moderada de los duelos, más fruto de la intensidad que de algún pique notorio, repartió tres tarjetas amarillas. Dos fueron para el Madrid y una para el Barça.

Casemiro y Nacho fueron amonestados por llegar tarde a sendos duelos divididos, algo similar a lo que le ocurría a Lenglet, que obstruía sin ninguna otra opción a Valverde en el inicio de un contraataque madridista. El resultado en los primeros 45 minutos era de aprobado para Martínez Munuera que, eso sí, fue acusado por el madridismo de sobreproteger a Messi en un par de acciones en las que pudo cometer falta. En la balanza también entra una falta al borde del área reclamada por el Barcelona y que el colegiado no señaló.

Penalti y falta de polémicas

La segunda mitad iba a traer mucha más polémica que Martínez Munuera supo solucionar… con ayuda del VAR. El colegiado no señaló un penalti, tonto pero claro, por agarrón de Lenglet sobre Sergio Ramos. Sin embargo, desde la sala VOR se advirtió a Munuera de que debería ver la jugada, lo que se tradujo en la señalización de los once metros tras un minuto de revisión.

Ramos marcó, como prácticamente siempre, y el partido quedó encarrilado para el Madrid. Llegaron las protestas culés, con Jordi Alba llevándose una amarilla, y el partido se encaminaba a vivir alguna polémica relevante más en los minutos restantes. Nada más lejos de la realidad. Llegaron los intentos –tímidos– del Barça para empatar, la supervivencia del Real y el gol postrero y torero de Luka Modric para sentenciar el Clásico.

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